Una mujer con antecedentes y serios padecimientos psiquiátricos, fue condenada a 40 días de prisión efectiva tras reconocer que destruyó la vidriera de una lencería en Cipolletti y se llevó unas veinte prendas. Pese a su delicada situación de salud mental, la Justicia no dudó: la declaró reincidente y ordenó su inmediato alojamiento en un establecimiento penitenciario.
El hecho sucedió durante la tarde del 12 de noviembre, cuando la mujer rompió el vidrio de un local de la calle San Martín al 200 y se apoderó de calzas deportivas y babuchas “wafle”. El botín, vistoso y llamativo, sumaba unas veinte prendas que cargó en su mochila antes de escapar.
Sin embargo, la fuga duró poco. Las cámaras de seguridad del comercio registraron cada detalle: su vestimenta clara, la campera, las zapatillas y la mochila. Con esas imágenes, la policía de la Comisaría 4° inició la búsqueda.
La captura en la ruta
Al día siguiente, al mediodía, una patrulla que recorría la calle Benigno Gallucci y la ruta Nacional 22, cerca del barrio El Manzanar, se topó con una mujer que coincidía plenamente con la descripción. No había dudas y fue detenida en el acto .
Entre las pruebas más contundentes, los videos mostraban el momento exacto en que destrozaba el vidrio y se llevaba la ropa. La evidencia era irrefutable.
El juicio abreviado
El fiscal Guillermo Ibáñez presentó la acusación y propuso cerrar la causa en un juicio abreviado. La pena: un mes y diez días de prisión efectiva, más la declaración de reincidencia por antecedentes recientes. La dueña del local, víctima del robo, avaló la propuesta. También aceptó la mujer, que reconoció su culpabilidad.
El defensor oficial Rodrigo Martínez, consciente de los problemas psiquiátricos de su asistida, pidió que se le suministren los medicamentos correspondientes y que el Servicio Penitenciario la aloje de manera urgente en un establecimiento adecuado.
El juez Julio Sueldo no titubeó. Admitió la propuesta de las partes y dictó el fallo. Subrayó que las pruebas reunidas y la confesión de la imputada corroboraban su responsabilidad. La Justicia fue clara: los padecimientos psiquiátricos no evitaron la cárcel.
Un caso que expone tensiones. Es que ante delitos muchos más graves, un acuerdo en juicio abreviado deja a varios delincuentes en libertad. Pero en este caso, la Justicia le traslada la responsabilidad al Servicio Penitenciario que deberá encontrar un lugar acorde para alojarla.