La política en Neuquén

Mauricio, la pobreza, el desempleo y la fobia a la derrota

El INDEC confirmó lo que se palpa en la calle. Estamos mal y a futuro nos vemos peor. El presidente Macri toma distancia de las malas noticias y de los candidatos propios con olor a derrota.
domingo, 31 de marzo de 2019 · 11:02

Esta semana las frías estadísticas dieron su veredicto. El 32 % de los argentinos son pobres y el 6,7% es indigente. Las cifras son del INDEC y las dieron a conocer los ministros de Desarrollo Social y Salud, Carolina Stanley; y Dante Sica a cargo de la cartera de Producción y Trabajo.

Esta vez Mauricio Macri no fue protagonista del anuncio, lo vio por TV.    

Los técnicos del FMI, hace cinco meses, anticiparon que la pobreza en la Republica Argentina durante el 2019 rondaría entre el 35 y 36 %. Los últimos indicadores muestran que iríamos en ese camino.

En el rubro desempleo no nos fue tan diferente. El 9.1% de los argentinos está sin trabajo y la proyección indica que para diciembre podríamos perforar los 10 puntos, ubicándonos entre el 11 y 12%. Los técnicos enviados por Christine Lagarde, directora Gerente del FMI, también coinciden con los analistas locales.

Pobreza y desocupación es la preocupación constante que golpea la puerta de cada argentino. No hay seguridad de permanencia laboral porque la economía no emite señales de recuperación. Los comerciantes gambetean a la crisis de manera de evitar despidos, pero en gran mayoría se ven obligados a cerrar sus puertas. Endeudamiento con proveedores, cartera de morosos incobrables y el fisco presionando exigiendo la cancelación de impuestos no pagados, son la sentencia de muerte de cientos de miles de pequeños comerciantes que han cerrado sus puertas en los últimos seis meses.

 Neuquén no es la excepción y si no se ha desmadrado es porque es una de las pocas provincias, sino la única, que mantiene la actividad productiva a buen ritmo.

Una recorrida por la periferia capitalina muestran como la pobreza e indigencia es una foto que avanza. Las 22 familias que ingresan a Neuquén, en búsqueda de un futuro mejor, genera un índice positivo ante el “parate” nacional, pero va a obligar a la administración provincial y a los municipios a profundizar su presencia en la contención de los más desamparados.

No es tiempo para tibios y especuladores, es momento de acción y compromiso sostenido.

Neuquén tiene menos pobres, indigentes y desocupados que el resto del país, pero las necesidades están.

En el oeste más alejado del centro capitalino el numero de personas, que los comedores comunitarios asisten cada día, se ha duplicado. En Colonia Nueva esperanza hace dos años funcionaban dos comedores, hoy la cifra llega a cinco.

El primero de marzo el dólar cerraba su cotización a $40,70, el viernes pasado último día hábil del mes se ubicó en los 44,30 pesos. Los vaivenes de la moneda extranjera durante la última semana encendieron la luz roja entre los inversores y los pocos sectores que están motorizando la economía. Entre los asesores del presidente Macri, volvió sobre la mesa la foto de la pesada carga del humor social. La ausencia de Mauricio en la conferencia de anuncio de los nuevos índices de pobreza son la muestra de que el gobierno acusó recibo y distanció al mandatario del desagradable anuncio.

El ecuatoriano Duran Barba olfateó que los índices, en cuestión, olían a derrota y encapsuló al presidente hasta que la inmediatez del tiempo diluyera lo que la realidad advierte, de 100 argentinos, 30 son pobres.

Duran Barba sabe que es el máximo responsable del contenido de la propaladora propagandística “mauricista”. Hace un tiempo atrás fue él, el que mando a Macri a decir que pidiera a los argentinos “evalúenme por los índices de la pobreza y la inflación”. Palabras más, palabras menos fue lo que Macri solicitaba a modo de arenga. En aquel tiempo los sanos deseos alimentaban la buena onda con una gran parte del pueblo que confiaba en sus pedidos, consejos y proyecciones.

Hoy el horno no está para bollos, la cosa huele a derrota y hay que preservar al líder para futuras batallas.

Los estrategas del gobierno nacional pasaron el test electoral neuquino cumpliendo con la palabra empeñada al presidente, Mauricio Macri. La contundencia del triunfo del MPN eclipsó cualquier análisis comparativo entre la performance del gobierno nacional en tierra petrolera y la oposición perokirchnerista.

“En Neuquén no perdió Mauricio, triunfó el MPN”, fue la conclusión de los mauricistas. A Macri le preocupa que se lo relacione con la derrota. Cada vez está mas distante de los candidatos propios que huelen “feo”. Han pasado 21 días de la elección de Neuquén y no hubo una sola mención sobre la actuación de Cambiemos.

Río Negro es la segunda cita electoral. En siete días, más de medio millón de votantes definirán el futuro de la provincia. Las cartas están echadas. El oficialismo provincial puso todo su poderío en su vehículo politico, Juntos Somos Río Negro, y empuja la candidatura a gobernadora de Arabela Carreras; El Frente Para la Victoria, quema sus últimas naves con la candidatura a gobernador del intendente de General Roca, Martín Soria. La legisladora nacional por la UCR, Lorena Matzen, es la encargada de revalidar los títulos de Cambiemos.

Este trío es el que figura en el lote de preferencias. Carreras y Soria se disputan el voto peronista. El que logre en estos próximos días mostrarse más amplio y contenedor, al resto de los ciudadanos, será el que se lleve el premio mayor.  

Matzen es la tercera en discordia, interiormente sabe que la fobia de Macri a las derrotas la ubican en un escenario no muy grato. La candidata a gobernadora de Río Negro, por Cambiemos, huele a derrota y Mauricio lo sabe.

 Alejandro López

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