RÍO NEGRO
Volver con la frente marchita, sin poder, con conflictos y deudas
Carreras perdió en Bariloche y regresó a Viedma para hacerse cargo de un gobierno en retirada, sin plata, con la Policía fundida, hospitales sin medicamentos y escuelas sin comedor.Como inmortalizó Carlos Gardel, "bajo el burlón mirar de las estrellas" Arabela Carreras se despidió de Bariloche. La ciudad donde con el aparato del Estado, se jugó un pleno, pero en la que sólo cosechó un puñado más de los 10 mil votos y perdió contra el sindicalista Walter Cortés. Su ciudad, desde donde prometía dar batalla interna en Juntos Somos Río Negro al fundador y pope absoluto Alberto Weretilneck, su mentor y su principal enemigo en la construcción de poder. Y así como si nada hubiese pasado, o todo, tuvo que allterar sus anunciadas vacaciones para "armar el gabinete municipal" y volvió a Viedma, a ocupar el sillón de Laprida y Belgrano, un lugar casi desconocido en su gestión como gobernadora.
Con un rostro serio, casi al borde de las lágrimas, pero sin permitirse mostrar que estaba quebrada, Carreras entró al polideportivo del barrio Las Quintas. Allí se iba a vivir la fiesta, el escenario, los globos verdes y la murga asi lo indicaba. También las encuestas. Pero desde el mismo corazón del Alto, el sector más marginado de Bariloche y al que ella apostó por completo con los millones del Estado que aún administra, debió reconocer la dura derrota. En el mismo lugar donde su rival, el sindicalista Walter Cortés llegó a duplicarla en votos en algunas escuelas.

Fue breve y evitó calentar aún más la disputa con Weretilneck, aunque su compañero de fórmula se refirió a los que no estuvieron en la campaña: "ellos sabrán cómo duermen". Extrañamente con lo que demostró en cada momento de su mandato, donde nunca reculó ni para tomar carrera y siempre fue por más en cada uno de los conflcitos.
Buscar los por qué es una dura y muy necesaria tarea. Y cómo aún no está todo claro, Juntos postergó el encuentro partidario de este fin de semana. Probablemente sea una multiplicidad de factores los que jugaron en contra de Carreras y también de Juntos Somos Río Negro, aunque muchos prefieren hacerse los distraidos y apuntar a la gobernadora como madre de la derrota.
Sin dudas que entre las razones aparecera el complejo panorama nacional, con una elección municipal que quedó entre las PASO y las generales de octubre. Carreras intentó cambiar la fecha, pero había que modificar la Carta Orgánica y "fue ella la que no supo generar consenso, fue a Bariloche a sacar chapa de gobernadora cuando debía tejer alianzas políticas", explicó hace tiempo una de las voces más fuertes de Juntos. Weretilneck la dejó sola con esa idea.
Luego de las elecciones a gobernador en abril, en la que el triunfo de Weretilneck fue más apretado de lo que se pensaba y se la responsabilizó a ella, le juraron desterrarla y aunque el cipoleño tuvo que aceptar su candidatura, no participó en el armado de la lista y menos en la campaña. Tampoco lo hizo el intentedente Gustavo Gennuso, quien intentó una continuidad de su gente, pero no tuvo lugar.
Más tarde llegaron las PASO y el resultado pudo anticipar la debacle. Es que además de que Juntos hizo una pésima elección, en la que también hubo pases de factura a Carreras por no jugar para el candidato Luis Di Giacomo, en los mismos barrios del Alto donde cachetearon al partido del gobierno, ganó Javier Milei.
Los mismos vecinos, quince días después votaron a Cortés, uno de los ejemplares que mejor encaja en la casta: 30 años al frente del sindicato de mercantiles, ex legislador provincial, peronista amigo de Miguel Pichetto y que también jugó con los radicales en sus años de poder en Río Negro, y condenado por hacer desaparecer junto a otros gremialistas 2 millones de dólares de subsidio para un policlínico que luego fundieron.
En medio de este simbornazo, Weretilneck está enfocado en las generales y ver de qué manera puede hacer subir un tanto a Di Giacomo para que logre el objetivo de quedarse con una de las tres bancas. Para más adelante dejó la transición, es que conoce a la perfección como está la provincia, el único miedo es la actitud de Carreras en estos últimos tres meses de mandato.
El arreglo salarial que tiene por delante con los sindicatos estatales es un tema complejo. No hay plata, esta semana se gastaron 4 mil millones (dos pautas y media de salarios) para comprar 10.6 millones de dólares para pagar los intereses del Plan Castello. A esto se suma la Policía sin insumos, hospitales sin medicamentos para tratamientos ni cirugías y Educación sin comedores escolares, entre las falencias más importantes del Estado.
En cuanto a Cortés, si bien no está dentro de las filas de Juntos, de la docena de candidatos, sin dudas que es el que en las probabilidades aparece más cerca de llegar a ser un aliado del gobierno de Weretilneck. Los antecedentes de ambos no ocultan su predisposición para negociar, aún en los momentos más adeversos.