POLÍTICA EN NEUQUÉN

Prudencia de Figueroa, en los tiempos difíciles

El discurso de inauguración de sesiones del gobernador neuquino se caracterizó por la reafirmación de "la nueva forma" de gobernar.
viernes, 1 de marzo de 2024 · 11:36

El primer discurso para inaugurar sesiones en la Legislatura del gobernador Rolando Figueroa se distinguió, dadas las circunstancias del país, por la moderación. Rescatando la tradición política de Neuquén en lo que independencia y diferenciación se trata, Figueroa solo habló del gobierno nacional para marcar, con números, en detalle, lo que ha dejado de percibir, abruptamente, la provincia; y cerró  su mensaje convocando a un diálogo con la Nación, pues no es concebible, dijo, un poder central fuerte con provincias débiles, o viceversa.

La prudencia marcó también las referencias a la herencia recibida. Figueroa marcó todo lo que encontró mal, o desorganizado, o desequilibrado presupuestariamente; pero lo hizo con elegancia. Y, en  un tramo del discurso, incluso agradeció las gestiones durante la transición del anterior gobernador, Omar Gutiérrez. Se enfocó el actual mandatario en enfatizar la noción de eficacia de parte del Estado: en las empresas públicas, en los ámbitos de la Salud, Educación, y Seguridad. Fue lapidario sin adjetivos en sus acotaciones. Por ejemplo, cuando mencionó que había stock cero de medicamentos importantes en los hospitales neuquinos: un desastre de magnitud grande, en el que prefirió, otra vez, la mesura.

Fuera de la Legislatura, hubo manifestación de gremios y militantes.

Su plan, volvió a explicitar, es gobernar con acuerdos, y en un contexto de respeto. El discurso ha sido una muestra de esto. Esos acuerdos no negociarán, aparentemente, la concepción de un Estado eficiente, que no gaste en lo que no debe gastar, en lo que no sea imprescindible. Así, por ejemplo, mencionó que el achique total de la planta política fue de 82 por ciento. Pero también, que lo que se ha hecho en estos primeros tres meses de gestión, no parará, seguirá, y tendrá revisiones frecuentes, periódicas, con el fin de garantizar que el control sobre la burocracia política y su tendencia al crecimiento desmesurado, sea realmente efectivo, y, quizá, impiadoso.

La mención inicial a que se viven tiempos difíciles pareció bastar para describir el momento del país. Esa mención se complementó en detalle con una enumeración de lo que "ya no está disponible". El desfile de cifras comprometidas por Nación, que estaban presupuestadas y ahora han desaparecido, es uno de los puntos clave de la coyuntura: implica que todas esas asignaciones serán suplantadas por aportes provinciales; o con dineros provenientes de créditos internacionales, muchos de los cuales han sido trabajados incluso antes de asumir el actual gobierno. En la lista de cosas para hacer, ocupan evidentemente un lugar importante del plan las obras viales. Fue una de las definiciones duras del gobernador, pues calificó de "una vergüenza" el estado de muchas rutas de la provincia.

Figueroa no esquivó tampoco la mención a las obligaciones de pago de deuda, en pesos y dólares, que tiene la provincia para este año. En el contexto, se aludió a la masa salarial del Estado, que se multiplica con una facilidad sorprendente. Sin mucha retórica, ha dejado en claro que no buscará la confrontación, sino el acuerdo. A pocas horas de sellar un primer acuerdo con ATE, que implicó la continuidad de los ajustes por inflación, esto es significativo, y funciona como contexto ideológico para entender lo que pretende el nuevo gobierno: concertar, más que confrontar, siempre con eje en no gastar más de lo que se puede. Es un equilibrio muy difícil, en un país siempre lindante con la histeria colectiva. En este eje gravitacional le irá la suerte al gobierno que recién empieza.

 

 

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