Terminó el partido electoral en Río Negro y ya comenzó la pretemporada para otro. No hay descanso. Luego de las elecciones del domingo, bajó la adrenalina, quedan pocas certezas y jugadores destacados. El mapa muestra tercios, como soñaba Juntos, pero con un nuevo protagonista que se robó la escena: Aníbal Tortoriello, que se quedó con el premio Chamigo al mejor jugador de la fecha. Y con su destacada actuación, el empresario nuevamente demostró que no acepta órdenes de nadie y que mantiene su propio libreto, al punto que fue reelecto como Diputado nacional por LLA, pero ya anunció que competirá a gobernador dentro de dos años por su propia fuerza.
El cipoleño fue, sin vueltas, el gran ganador del domingo. Se quedó con la diputación nacional, se impuso en su ciudad donde le marcó la cancha al oficialismo provincial y le ganó la pulseada interna a Lorena Villaverde, su ¿aliada? libertaria, que encabezó el tramo al Senado. Ambos compartieron el mismo color violeta en la Boleta Única de Papel, pero ni una sonrisa en la misma foto: la ruptura sigue intacta. En el duelo de empresarios, el camionero tuvo más votos que la inmobiliaria.
Tortoriello, sin perder tiempo, ya anunció que quiere ser gobernador con su sello CREO Río Negro, como quien saca de la guantera un proyecto que nunca dejó de soñar. Ganó con el sello de La Libertad Avanza, pero nadie duda de que juega su propio juego. Las causas de narcotráfico en Estados Unidos no le impidieron a Villaverde llegar al seando. Terminada la campaña, sigue sin explicar con claridad. “Me quisieron ensuciar” y "son asuntos de mi vida privada", dijo el domingo pos depositar su voto en la urna. Bastante poco.
Del otro lado del ring, el peronismo se aferra a la familia Soria. El diputado Martín Soria será seandor ahora. Volvió a ganar en Roca y aprovechó para lanzar a su hermana María Emilia como candidata a gobernadora. ¿Pero el triunfo fue tan aplastante? Es que sin estructura, ni referentes fuertes, La Libertad Avanza se alzó con más del 30% de los votos en la ciudad, ganó con comodidad en el centro y en los barrios privados. Un dato que alarma al sorismo, acostumbrado a arrasar sin oposición real. Otra vez la ciudad le fue adversa a Juntos, que sigue sin encontrar referentes pese a tener muchos roquenses en el gabinete.
Y mientras los libertarios y peronistas se reparten las bancas, Juntos Somos Río Negro , asume la derrota de perder representación en el Congreso, una carta de cambio que no tendrá Weretilneck en los dos años que le restan para terminar el mandato. Pero, el 27% de los votos no significa el final de la fuerza provincial. Quedó a apenas tres puntos por debajo de los ganadores, y rompió el techo de las encuestas que lo daban entre 15 y 20. No ganó, pero no se desangró. El oficialismo provincial se mantiene en pie, aunque más golpeado y con el poder.
El gobernador, que encabezó el proceso y cargó con la derrota, entendió rápido que la reconstrucción no pasa por la política dura. Otra vez su pragmatísmo. En redes sociales mostró un cambio de tono: fotos más humanas, frases simples, lenguaje juvenil y un guiño emocional al electorado rionegrino. “Después del revolcón”, dijo mientras se sacudía la camisa en una publicación de Instagram con "la Tía Mabel", en referencia a la intendneta de Los Menucos. Y no fue solo una metáfora.
Su nueva estrategia es clara: recuperar legitimidad emocional, mostrarse resiliente y humano después del golpe. Reconfigurar su imagen hacia un líder empático, más cercano a la gente común que a los despachos del poder. Y reinstalar su autoridad institucional sin confrontar, apelando al diálogo y a la gestión concreta. Aceptó la reunión con el presidente Milei, lo felicitó cuando le dio la mano, y todo lo hizo público.
En otras palabras: Weretilneck está ensayando una segunda temporada de sí mismo. Con menos épica, más empatía y el mismo olfato político que lo mantuvo arriba de la ola durante años. Comenzó un nuevo partido, de cara al 2027, el resultado dirá si el público lo sigue mirando o cambia de canal.