Florinda Meza habló con franqueza en el programa de Moria Casán y desmontó los rumores que durante décadas rodearon su historia de amor con Roberto Gómez Bolaños, conocido como Chespirito. La actriz aseguró que su relación no fue producto de una traición, sino que se construyó con respeto y tiempo.
Meza recordó los detalles de sus inicios: “Él todos los días me llevó una flor a donde yo estuviera. Fuera sábado, domingo… y eso que tenía una familia. La dejaba en el parabrisas de mi auto, en las escaleras de entrada”. Ambos se conocieron en un estudio de televisión cuando él ya era un artista reconocido, aunque ella decidió mantener distancia debido a que él estaba casado y tenía veinte años más que ella.
La actriz fue clara al afirmar que nunca fue “la otra”. Explicó que la relación de Roberto con su esposa estaba rota desde hacía tiempo. “Me hablaba de cómo antes, hace muchos años, el permiso para tener relaciones sexuales era casarse. Y a veces se casaba la gente sin pensarlo mucho cuando eres joven”. Según relató, Gómez Bolaños estaba absorbido por su trabajo y atrapado en un matrimonio de juventud.
Durante cinco años, Roberto se acercó a Florinda con gestos románticos y palabras amables, que ella no interpretó como acoso, sino como un cortejo sincero. En ese tiempo, ambos compartieron trabajo y admiración, aunque la relación amorosa no comenzó de inmediato.
Contrario a lo que se especulaba, Florinda destacó que nunca tuvo problemas con la familia de Roberto. “No, no, nunca. Es más: viviendo él conmigo, mi relación con la exesposa era mejor que la que tenía con cualquiera de sus hijas”. Relató que conoció a la esposa desde las primeras grabaciones y que ella le dijo: “Mi enojo no es contigo, es con Roberto. Es mi pelea con él”.
La actriz también rechazó el estigma de ser llamada “roba maridos”: “No, no, nunca nadie me dijo eso. Esa palabra no se usaba. Ahora en redes sí, pero eso no es libertad de expresión, es libertad de agresión”. Además, afirmó que en México y en otros países siempre recibió cariño de la gente.
La pareja trabajó junta durante seis años antes de formalizar su relación. Florinda recordó que Roberto la elegía por su talento, sin siquiera preguntarle su nombre al principio. Finalmente, la relación se concretó en Chile, el 12 de octubre de 1977, tras un proceso lento y respetuoso.
En ese momento, ella le planteó una condición clara: “Le dije: ‘Si tú y yo comenzamos nuestra vida juntos, yo no quiero ser una más de tus mujeres. Quiero ser la mujer’”. Roberto respondió con una frase que ella nunca olvidó: “Cuando un vaso está lleno, no le cabe nada más”.
Después de esa fecha, Roberto se mudó a la casa de Florinda con pocas pertenencias, iniciando una convivencia marcada por la paciencia y el respeto.
Florinda también aclaró que nunca pidió dinero y que siempre contribuyó económicamente, incluso comprándole ropa. Recordó los años difíciles de la enfermedad de Roberto, quien falleció de Parkinson, y señaló que para acompañar a un enfermo es fundamental la humanidad, la paciencia y la indulgencia.
Con ternura y dignidad, Florinda Meza reconstruyó la verdadera historia de su amor con Chespirito, un vínculo que tardó en concretarse, que se basó en el respeto y que nunca se edificó sobre el sufrimiento de otra mujer.