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Martes 15 de Julio, Neuquén, Argentina
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En Neuquén, a favor o en contra ¿De quién?

Entrando al segundo semestre, la coyuntura electoral pesa de manera relativa, y subsisten dudas acerca de las estrategias.

Sabado, 28 de junio de 2025 a las 19:51
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La más importante elección próxima será la de Buenos Aires, pero ese escenario, relativamente simple, no se podrá trasladar en estrategias ni en resultados al resto. Allí se elige en septiembre, y las generales nacionales son en octubre; allí hay dos frentes "anti": el anti Milei, que trabaja el peronismo con una difícil unidad; y el anti Kicillof (o anti-K), que elaboran los libertarios, también con dificultades. Esta mecánica, que se arma sobre la base de la extrema simplificación y del "a favor o en contra", como si hubiera dos equipos en una cancha de juego, en Neuquén combinará engranajes de otra manera: sin eludir el fatalismo del versus, la complejidad será mayor, y la formación de frentes, intrincada, y, en algún caso, prácticamente imposible.

El primer frente, o coalición pluralista, ya está armado, en el oficialismo provincial. Se apropió con suma naturalidad de la consigna de la neuquinidad, es decir, la defensa, por delante de todo, de lo que interesa o conviene, en la coyuntura, a los neuquinos. No a Neuquén, una entelequia territorial, sino a sus ciudadanos. Se ha trabajado esta diferenciación quirúrgicamente, el propio Rolando Figueroa ha amasado ese concepto buscando ir al fondo, tal vez pretendiendo dejar atrás otros tiempos, en los que el MPN cabalgaba infatigablemente sobre el corcel de la provincia como bastión, olvidando, muchas veces, que ese territorio alberga, en primer lugar, a ciudadanos de carne y hueso, con necesidades y apetencias muy concretas y humanas.

Por eso, la campaña, ya comenzada, del oficialismo neuquino, hace eje en las personas más que en los paisajes, en la gente más que en la geografía, y está planteada por la positiva: "no estamos contra nadie, sino a favor de los neuquinos", dicen, una y otra vez, las principales voces de quienes se van perfilando como posibles candidatos a la lista que llevará el mapita: continuidad y cambio en una síntesis muy elaborada.

El peronismo kirchnerista vernáculo, el que no está alineado con Figueroa, sino que pretende combatirlo, erosionarlo, desgastarlo, apuntando al 2027, parece sujeto a dos características, al menos por el momento. Por un lado, el intento de conformar un frente anti-Milei, una instrucción básica bajada desde el balcón de la prisionera Cristina Kirchner, buscando identificar con el Presidente, ese insultador serial, a la figura del gobernador Figueroa. Es como un cebolla de dos capas gruesas, una contra Milei, la otra contra Figueroa. El problema que se presenta es que se pone difícil para explicar, es una campaña dificultosa, que necesita de un manual de instrucciones, y que no venga en chino, como en los artefactos baratos de importación.

La otra característica viene de la dificultad en conseguir la unión mínima imprescindible, porque son muchos sectores distintos, de escasa representatividad real, pero de suma ambición por las preciosas bancas; se pelean, por ejemplo, por cómo armar las listas, si con internas aquí, o esperando la orden desde el balcón del departamento de Constitución. Además, la defensa de Cristina no es precisamente una consigna que prenda fácilmente en la ciudadanía neuquina, que parece dispuesta a seguir dando vueltas páginas, y no en quedarse siempre en el mismo capítulo de una novela cansadora.

¿Y los libertarios? Hasta ahora, quienes oficiarían como representantes de Milei en Vaca Muerta han fatigado escritorios y pasillos judiciales, agobiados por las elementales obligaciones que impone la Ley Electoral para armar una propuesta que compita en los comicios. La principal dificultad para el oficialismo nacional en Neuquén, parece venir de dónde ubicar al enemigo, y de cómo identificarlo. Si lo ponen a Figueroa como el enemigo a vencer en la batalla, corren el riesgo de enfrentar a alguien que no quiere enfrentar al Presidente, sino, en todo caso, lograr que se contemplen las necesidades provinciales. De hecho, Figueroa estuvo en la semana reunido con Guillermo Francos, el jefe de Gabinete, y con Luis Caputo, el ministro de Economía, en encuentros muy civilizados, lejos de la parafernalia insultante y violenta que distingue a la campaña en Buenos Aires, con métodos y retórica que se copian fácilmente en otros distritos por libertarios de ocasión, ávidos de protagonismo.

Y, si ubican como enemigo al kirchnerismo, en Neuquén, el riesgo es entrar en una cápsula de sectorización cada vez más reducida, en la que podrían terminar haciendo un gran alboroto para conseguir después un pobre resultado.

Lo cierto es que, por ahora, el silencio ha tenido mucho más espacio que el ocupado por las palabras. En realidad, la percepción más evidente es que hay temor a que cualquier error de estrategia, cualquier palabra que caiga desubicada, podría hacer más mal que bien a las propias filas (inestables) de La Libertad Avanza local, que gana más bajo el paraguas de los aciertos económicos nacionales que de las precisiones sobre qué hacer con Vaca Muerta, y sus efectos, en este territorio de larga tradición independentista.

Por supuesto, hay muchos meses por delante, y cosas que pasarán en estos meses. El escenario podrá cambiar de decorado, pero es difícil que se modifique el elenco de la obra.

 

 

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