¿Quiere recibir notificaciones de alertas?

Domingo 28 de Septiembre, Neuquén, Argentina
Logo Am2022

Por qué nadie puede frenar la guerra en Gaza

Las iniciativas multilaterales y unilaterales chocan con una realidad sobre el terreno que hace imposible cualquier solución inmediata al conflicto entre Israel y Hamas

Domingo, 28 de septiembre de 2025 a las 09:16
PUBLICIDAD
El ataque de Hamas el 7 de octubre cambió ara siempre a Medio Oriente
Netanyahu: aislado en la ONU sigue decidido a eliminar a Hamas
Trump les presentó a los países árabes y musulmanas una propuesta para gestionar Gaza
Trump en la ONU: se jactó de haber frenado 7 guerras
Macron buscó en la ONU revivir el multilateralismo

Nada de lo que pasó esta semana en la Asamblea General de las Naciones Unidas cambiará en el corto plazo lo que está sucediendo en Medio Oriente. Ni la avalancha de reconocimientos de un Estado palestino, ni las condenas a Israel, ni los discursos para frenar la guerra; pero tampoco el plan del día después para Gaza que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, les presentó en una reunión reservada a varios países árabes y musulmanes.

El plan de Macron

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, se puede atribuir el éxito de haber instalado como tema central de la Asamblea la situación en Gaza. Se trata quizás de lo máximo a lo que puede aspirar un organismo internacional que hace mucho se muestra impotente para influir en los conflictos mundiales. El presidente francés, mientras pilotea como puede la crónica crisis de gobernabilidad en su país, que él mismo ayudó a generar, busca aprovechar el vacío dejado por Trump y liderar iniciativas tan mediáticas como inútiles para demostrar que aún el multilateralismo tiene la capacidad para encauzar los asuntos mundiales.

La decisión de reconocer el Estado palestino generó contagio y terminó de convencer a varios países para que se sumaran. Que lo hayan hecho Francia y también Gran Bretaña, ambos países con poder nuclear, miembros del Consejo de Seguridad de la ONU y del G7, además de estrechos aliados de Estados Unidos e Israel, no significa que efectivamente vaya a pasar: las presiones internacionales no frenarán a Israel. El gobierno de Netanyahu ya avisó que no hay vuelta atrás: no habrá Estado palestino ni siquiera si Hamas es eliminado completamente.

Tampoco Macron podrá revivir la fórmula de "dos Estados para dos pueblos" que dominó todas las iniciativas diplomáticas desde Oslo en los noventa hasta el 7 de octubre de 2023. Ya no hay en el lado israelí casi nadie que piense, ni siquiera por pragmatismo, que es posible convivir con un Estado palestino al lado, salvo, quizás, que éste cumpla ciertos requisitos, como estar desmilitarizado, algo que nunca será aceptado por los palestinos. Del lado palestino, su dirigencia nunca lo quiso, y el salvaje ataque de Hamas sobre territorio israelí mandó un mensaje que revela una actualización de su visión: solo aceptarán un Estado palestino desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo, es decir, sobre el territorio que hoy tiene el estado de Israel.

El plan que presentó Francia junto a Arabia Saudita previamente a la Asamblea y que fue apoyado por 142 países, con el objetivo de revivir esa fórmula de los dos estados, murió antes de nacer. Está fuera de época y de la realidad, más allá de dejar claro que para eso era necesaria la liberación de los rehenes, la salida del escenario de Hamas y el retiro de Israel de la Franja. Nada de todo eso va a pasar en el corto plazo.

El plan de Trump

Sin importarle lo que diga la ONU, Trump también se ocupó del tema y presentó un plan que es ambicioso, pero con muchas menos pretensiones en el corto plazo: el objetivo es poner fin a la guerra en Gaza y reconstruir la Franja, para después, tal vez, pensar en el establecimiento de un Estado palestino en el futuro. Habló del plan con varios países árabes y musulmanes al margen de las reuniones de la Asamblea en Nueva York.

Trump busca convertir Gaza en una zona libre de "extremismo y terrorismo" y reconstruirla completamente. Quiere que la administre un gobierno transitorio temporal de tecnócratas palestinos bajo la supervisión de un organismo internacional dirigido por Washington, en cooperación con socios árabes y europeos. Se habla de que el ex primer ministro británico Tony Blair está muy involucrado en el plan.

Quizás Trump sabe que esta propuesta es lo más realista a lo que se puede aspirar hoy y que tendrá la suficiente fuerza para presionar a Netanyahu para que acepte esta hoja de ruta que tampoco le debe gustar mucho. Sin embargo, se achican los márgenes de maniobra de Netanyahu, que parece que no podrá plantarse frente a Trump de la misma manera que lo hizo con el resto de la comunidad internacional. Trump demostró esta semana que está dispuesto a apoyar a Israel ante la embestida internacional, pero también que todo tiene un límite, sobre todo cuando el tema ya lo afecta internamente en su círculo más cercano, donde se escuchan cada vez más fuertes las críticas contra la continuidad de la guerra de Israel y los costos que está pagando Estados Unidos.

Propuestas distintas, un punto en común

En definitiva, el tema Gaza dominó la escena internacional y, más allá de los métodos y las intenciones, todos coinciden en que la guerra tiene que terminar. Lo hace Macron buscando revivir el multilateralismo, pero también Trump, con su iniciativa personal que, está convencido, es más eficiente y pragmática para frenar las guerras que todo lo que pueda hacer la ONU.

Lo que está claro es que no hay espacio para el idealismo ni para volver a fórmulas usadas cuando el mundo, los israelíes y los palestinos eran otros. El 7 de octubre cambió todo para siempre.

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD