RECORDACIONES

El alma intacta de Leonardo Favio

Hace 82 años, nacía Leonardo Favio. Fue ídolo como cantor y compositor, y pasó a la historia como uno de los mejores directores de cine del mundo.
jueves, 28 de mayo de 2020 · 18:44

Leonardo Favio cumpliría hoy 82 años. Había nacido en Las Catitas, un lugar muy pequeño y atractivo del Departamento de Santa Rosa en Mendoza, y como el vino mendocino, desparramó sus mieles en el país y fuera de él. No se lo habrá propuesto seguramente ser tan talentoso porque ello viene de las entrañas más misteriosa del humano. Y, efectivamente, fue uno de los cineastas más virtuosos del país y aún fuera de él. Revistas, encuestas, investigaciones dieron cuenta de esta aseveración.  En el año 2000, se realizó  una encuesta entre críticos, historiadores, directores de cine para ver cuál era entre los 100 mejores films del país, el mejor, y  el resultado dió a conocer que " Crónica de un niño solo" era el elegido. El trabajo lo hizo el Museo Nacional del Cine. 

Mucho se ha dicho y escrito sobre esta película, quizás porque  era una suerte de biografía del autor, y seguramente el anticipo de una pandemia de soledades que aqueja a miles de niños en el planeta, incluyendo muchos de Argentina. Favio, fue eso: un niño solo que se instaló en el centro de su propia vida para producir una catarata de sorprendentes obras de arte. Sus películas son muestra de su instinto creador: "El romance del Aniceto y la Francisca, de cómo quedó trunco, comenzó la tristeza y unas pocas cosas más" fue catalogada como la mejor película de su década producida en el país (1966), con la memorable actuación de Federico Luppi y Elsa Daniel. 

"Nazareno Cruz y el Lobo", "Juan Moreira", "El dependiente", "Gatica el Mono", "Perón, sinfonía del sentimiento", fueron, entre otras, las destacadas que desnudaron su mirada hacia los grandes personajes de la historia que dejaron su huella imborrable en la memoria. Son las que marcaron a fuego su pasión por la heroica pelea para las grandes transformaciones en la historia de un país. Son marcas indelebles y, aunque negadas o cuestionadas, forman parte del perfil de una cultura que es carta de presentación en el mundo. Favio lo vió, lo sintió, lo documentó y es por eso una figura insoslayable a la hora de hablar del cine argentino. Un cine que habla el lenguaje de la gente, de los sueños, de las conquistas en medio de batallas profundamente humanas.

Favio no podía estar ausente de la canción: más de treinta discos lo tuvieron como intérprete, autor, invitado, pero hay un tema que es su sello y se canta  aún hoy por parte de románticos herederos de su estilo:"Fuiste mía un verano". En la zona se lo recordará hace muchos años, en una festival  al aire libre en Plottier, cuando con turbante gitano, conmovió a miles de personas que fuimos a verlo y escucharlo y que ,obviamente, cantamos a viva voz esa canción.

Recordar a Favio, hablando de su triste infancia, no es un homenaje que merece. Favio es mucho más: es la alegría profunda representada en su trabajo en el cine y la canción, en su pasión peronista, en su empecinada manera de morir (nunca se dijo la causa exacta), y en esa frase que lo muestra como era y seguirá siendo: "sería jodido que me doliera el alma. Por suerte todavía está intacta".

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