Juan Sebastián Verón no para de agigantar su imagen dirigencia desde que la AFA lo sancionó por haber ordenado dar la espalda al pasillo de “campeón” a Rosario Central en los octavos de final del Torneo Clausura 2025 que su club terminó conquistando.
El presidente, como sucedió hace una semana en Santiago del Estero, se sumó al calor popular, dejó los palcos oficiales, y se sentó en una de las plateas del estadio de la ciudad de San Nicolás, sede de la final de Copa de Campeones entre el León y Platense.
Esta vez, Verón partió al mediodía de La Plata, en uno de los asientos del colectivo 11 de la caravana Pincha que sumó 100 rodados registrados por el club. La organización estuvo atenta hasta para darla a la “Bruja”, el mismo número de bondi que el preferido para vestir en la camiseta durante su época de jugador profesional.
Más de una hora antes del pitazo inicial del árbitro Leandro Rey Hilfer, subió los escalones correspondientes, portando en upa a su bebé, Mila, fruto del segundo matrimonio del mundialista con la Argentina.
Días previos
En los días previos, como presidente del club campeón en el Clausura 2025 brindó entrevistas. En las mismas no sólo confirmó presencia para la final de la Copa de Campeones, sino que redobló las críticas a la conducción encabezada por Claudio Tapia.
“Quiero una Liga con menos equipos, menos títulos en juego, más competitiva”, soltó el ex integrante de la Selección Argentina en la previa.
Verón se encuentra suspendido por el Tribunal de Disciplina de la AFA para protagonizar actos oficiales como presidente de Estudiantes durante los próximos seis meses. Ha encontrado desde su cercanía a los hinchas propios, la manera de burlar la invisibilidad que implícitamente persiguió la sanción.