"Tengo suerte de que los actores quieran trabajar conmigo. Eso es lo que dicen, al menos", dijo Javier Daulte, destacado guionista, dramaturgo y director teatral argentino.
En una entrevista con Mejor Informado, uno de los dramaturgos y directores más importantes de la escena teatral argentina comentó que este interés se debe a que me importan mucho, porque me gustan los actores . "Me gusta trabajar con ellos, me gusta su arte. Me interesan más los actores que los personajes. Me interesan sus procesos, entiendo sus dificultades y siento la obligación de que estén en su mejor momento cuando trabajan conmigo", explicó quien en la última edición de los Premios Martín Fierro de Teatro ganó la categoría de Mejor Dirección por las obras "El Sonido" y "Druk".
Consultado sobre cuáles serían sus fortalezas para que un actor lo escogiera para trabajar con él, el autor de importantes obras como La escala humana, Nunca estuviste tan adorable , entre otras, dijo que siente que su responsabilidad es "hacerlos brillar" y que hace todo lo posible "para que eso suceda".
Se considera muy exigente, pero la clave es "tratar bien a la gente". "Una exigencia cariñosa puede generar cosas buenas. Cuando la exigencia no va acompañada de buenos modales, es mucho más difícil que surja algo bueno", dijo.
Curiosamente, el actor está sujeto a varias personas que le dicen qué hacer. Y luego es él quien se expone al público. Y ahí está, solo, con sus compañeros actores, por supuesto", explicó Daulte.
Daulte se siente privilegiado de trabajar con actores y actrices "con los que siempre soñé" y también de conocer a gente nueva "que ni siquiera sabía que existía, y con los que tuve la gran suerte de descubrirnos trabajando".
En este mundo donde se priorizan las relaciones humanas en el ámbito laboral, a la hora de escribir un guion, montar una obra de teatro, una película o una serie, el actor tiene que "dejarse llevar, dejarse llevar" , afirmó el dramaturgo.
Curiosamente, el actor está sujeto a diversas órdenes. Y luego es él quien se expone al público . Y ahí está, solo, con sus compañeros, claro, explicó. Daulte recuerda lo que le dijo un profesor: «El director tiene que convencer al actor de que está haciendo lo que quiere, cuando en realidad está haciendo lo que uno quiere». «Es cierto. El trato también es muy cariñoso. Y no quiero ponerme en el papel de analista, porque no lo soy, pero soy muy cuidadoso y conozco muy bien a los actores».
“El director y el actor forman un equipo. El director tiene una posibilidad que el actor no tiene: puede tomar distancia para observar su trabajo y devolverle lo que, de alguna manera, está dando, lo que se ve”, explicó el destacado director teatral.
A Daulte le gusta comparar a un actor con un hijo : «Quieres que tome buenas decisiones, que elija lo que tú quieres que elija, al menos que elija dentro de un espectro de opciones que le parezca sano, como un padre. Así que, que piense que está eligiendo, cuando en realidad está eligiendo lo que yo le induje a elegir».
Consideró que la profesión de actor es "extraña", pero es un trabajo en equipo. "El director y el actor forman parte de un equipo. El director tiene una posibilidad que el actor no tiene: puede tomar distancia para observar su trabajo y devolver lo que, de alguna manera, aporta, lo que se ve. El director es funcional al trabajo conjunto; no es el jefe de nada", describió.
Finalmente, al ser preguntado sobre si existe una escucha activa entre el director y el actor, Daulte respondió: «Debería ser así. No siempre ocurre, pero debería. Es muy importante poder escuchar al actor y que el actor escuche al director, y también que podamos escucharnos mutuamente» .
Vea la entrevista completa a Javier Daulte: