Este miércoles 13 de agosto se conmemoran los 100 años del nacimiento de Carlitos Balá, figura emblemática del humor argentino que dejó una huella imborrable en la infancia de varias generaciones y en el corazón de su familia, especialmente de su esposa, Martha Venturiello, a quien cariñosamente llamaba Marthita.
Oriundo del barrio porteño de Chacarita, Carlitos nació en 1925 con el nombre de Carlos Salim Balaá, hijo de un inmigrante libanés y de una madre argentina de ascendencia croata. Aunque estudió teatro motivado por su hermana Norma, sus primeros pasos en el humor se dieron en un colectivo de la línea 39, donde entretenía a los pasajeros con sus ocurrencias, al punto que los choferes competían por llevarlo a bordo y la gente se pasaba de parada por no querer bajarse.
Su carrera se expandió rápidamente hacia la radio, la televisión, el teatro, el cine y el circo, con programas y obras como La revista dislocada, El flequillo de Balá, Canuto Cañete, conscripto del siete y El circo de Carlitos Balá, entre otros. A pesar del éxito, él siempre valoró más su vida familiar.
El amor incondicional de Carlitos Balá
El amor de su vida llegó en un casamiento cuando Carlitos tenía casi 30 años y Marthita apenas 18. Según se recuerda, mientras bailaban, él quedó completamente cautivado por ella. Tras acompañarla a su casa, logró invitarla a salir y comenzó una relación que duraría más de seis décadas. Marthita se acostumbró a sus bromas y a su característico flequillo, que lo acompañó toda la vida y llegó a ser conocido como el 'corte Balá'.
Tras siete años de noviazgo, en 1962 contrajeron matrimonio con el apoyo de amigos, como contó Marthita: “Para un cumpleaños mío me regaló el anillo de compromiso. Gracias a Hilda Bernard y su esposo nos pudimos casar, porque él tenía un contrato de un año seguido, entonces me dijo: ‘Ahora nos casamos’”. De esta unión nacieron sus hijos Martín y Laura, y luego llegaron sus nietos, a quienes Carlitos malcriaba con cariño.
Aunque enfrentaron dificultades como cualquier pareja, supieron mantener una relación armoniosa, basada en el conocimiento mutuo y el respeto. Carlitos destacaba que Marthita le consentía sus gustos culinarios, incluyendo sus empanadas de choclo y sopa de sémola, para que él "crezca fuerte y lindo".
El humorista manifestó en vida que tenía preparado un champagne para celebrar su centenario junto a Marthita y que no temía a la muerte, confiando en la justicia divina. Falleció el 22 de septiembre de 2022, a los 97 años, dejando un legado imborrable y un amor que ni la muerte pudo romper tras 67 años juntos.
En homenaje a sus 100 años, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires lanzó una campaña nacional bajo el hashtag #Carlitos100 para que sus seguidores compartan recuerdos y fotos en redes sociales etiquetando a @carlitosbalaoficial. Además, se realizarán diversas actividades, entre ellas:
- La inauguración de un mural en la terminal de la línea 39.
- La exposición de dos obras de la artista Vika Ferreyra con el apoyo del Centro Rossi.
- La presentación de un taxi intervenido con la imagen de Balá, que recorrerá la ciudad.
- Un especial televisivo por la señal Volver.
- Una recepción organizada por El imperio de la Pizza de Chacarita.
Con el aval de su familia, estas iniciativas buscan mantener vivo el recuerdo de Carlitos Balá, quien conservó cuidadosamente las cartas de sus fanáticos y jamás negó una foto o autógrafo. Incluso en 2011, tras su retiro, regresó para compartir escenario con Laura Panam Franco y constató que los niños de la era digital aún lo adoraban, prefiriendo cantar "Aquí llegó Balá" junto a él antes que mirar sus pantallas.