Un hecho tan insólito como trágico conmocionó a la localidad peruana de Barranca. Un hombre de 55 años murió luego de ser atacado por su propio gallo de pelea, al que había equipado con las tradicionales espuelas metálicas para un combate.
Según testigos, el animal se agitó antes de entrar en la arena y alcanzó a provocarle un corte profundo en una de las piernas. La herida alcanzó la arteria femoral, lo que causó una hemorragia que no pudo ser controlada, y pese a los intentos por auxiliarlo, el hombre murió poco después en el hospital provincial.
El episodio fue grabado por algunos asistentes y rápidamente se viralizó en redes sociales, generando indignación y reabriendo la discusión sobre las peleas de gallos, una práctica que sigue siendo popular en muchas regiones de Perú.
Las riñas de gallos son una tradición extendida, especialmente en zonas rurales. A pesar de los cuestionamientos, el evento suele verse como parte del folclore local y una expresión cultural transmitida por generaciones. En algunos casos, incluso cuenta con respaldo de clubes organizados y permisos municipales.
La Policía Nacional del Perú inició una investigación para esclarecer las circunstancias del hecho y determinar si el evento contaba con las autorizaciones necesarias.