La reciente absolución en la causa por presunta defraudación al Estado no solo significó un alivio judicial, sino que también abrió la puerta a una voz que durante mucho tiempo permaneció en silencio. La hija de Andrea del Boca, Anna Chiara eligió hablar públicamente y compartir cómo la exposición mediática y las críticas marcaron de manera profunda su desarrollo personal.
En una serie de publicaciones en Instagram, relató con crudeza las consecuencias de haber atravesado la adolescencia bajo la lupa pública. Describió cómo su formación estuvo atravesada por un “peso mediático, social y judicial de inmensa magnitud”, que terminó moldeando cada interacción y experiencia durante esos años decisivos.
Lejos de esconder el dolor, Anna Chiara reconoció que el estigma la acompañó durante mucho tiempo. En sus palabras, muchos la siguieron únicamente por “el morbo de ser hija de la ‘chorra’”, una etiqueta que, asegura, aprendió a transformar en indiferencia. “Ya no me da náuseas esa palabra, es solo un cadáver más que veo pasar”, expresó con firmeza.
El descargo también incluyó un reconocimiento hacia quienes la apoyaron en silencio. “Aplaudo quien soy y atesoro a quienes me contienen”, escribió la hija de Andrea del Boca, resaltando la importancia de los vínculos cercanos que le permitieron sobrellevar los momentos más asfixiantes de la situación.
Sobre el fallo judicial, fue categórica: celebró que “finalmente se puso el foco en la verdad” y cuestionó con dureza a quienes prefirieron la difamación. “Los que recurren al agravio optan por no leer ni escuchar. Jamás tendrán con qué llenar su patética y putrefacta existencia”, sentenció, dejando en claro que no habrá reconciliación con los detractores.
Anna Chiara aseguró que su testimonio no busca conmover ni despertar compasión. En cambio, lo definió como un punto de partida: “Esto no es una victimización, es real. La apertura a un nuevo inicio. No me importa ser querida o creíble, ni hablar de los chimentos”, advirtió, marcando un quiebre en su relación con la mirada ajena.
Con una mirada hacia el futuro, adelantó que en algún momento contará en detalle todo lo que atravesó. Comparó esa espera con los cuentos que la acompañaban en la infancia: un “final feliz” que siempre llega tras una larga batalla. Un anticipo que dejó expectantes a quienes la siguen.
Para cerrar, compartió imágenes icónicas de Nicole Kidman celebrando su divorcio, una postal de libertad que muchos interpretaron como un gesto simbólico de desahogo personal. Una señal de que, tras años de silencio, eligió recuperar su propia voz.