En la última emisión de Gran Hermano 2024, dos momentos sorprendentes marcaron la jornada y dieron mucho de qué hablar tanto dentro de la casa como en las redes sociales. Uno de ellos fue el atrevimiento de Katia, quien, en medio de una distendida charla en el jacuzzi, decidió revelar un tatuaje en una zona íntima.
Mientras conversaban entre risas, uno de los participantes le preguntó a Katia si estaba depilada. Su respuesta no tardó en sorprender a todos: "No, la mitad, pero tengo todo tatuado". Acto seguido, mostró un peculiar diseño con un par de ojos. La escena causó revuelo entre sus compañeros, y hasta el conductor del programa, Santiago del Moro, no pudo evitar reaccionar con un comentario que resumió la inesperada situación: "Indescriptible esta reunión".
Sin embargo, ese no fue el único episodio que impactó a los seguidores del reality. Durante la gala de nominación, Martina Pereyra vivió un momento conmovedor y a la vez desgarrador al enviarle un saludo a su abuela sin saber que había fallecido hace un mes. Su mensaje, cargado de emoción y nostalgia, conmovió a la audiencia y generó una ola de reacciones en redes sociales.
La participante ingresó al confesionario para expresar su cariño hacia su familia. "Un saludo para mi mamita que la extraño mucho, a mi papi, a mis hermanas, Delfi y Marian, las amo y las extraño", comenzó diciendo con una sonrisa. Luego, sin conocer la triste noticia, agregó: "Un saludo para mis sobrinos, para mi abuelita, para mis primos, para mis tíos y para todos. ¡No saben lo que los extraño! Demasiado. También un saludo a mis amigas. Un besito".
Esta es la segunda vez que Martina Pereyra menciona a su abuela sin saber de su fallecimiento, lo que ha generado un fuerte impacto tanto en la casa como fuera de ella. Los televidentes y usuarios de redes sociales manifestaron su conmoción, algunos criticando la decisión de la producción de no informarle aún la noticia, mientras que otros destacaron la ternura y la ingenuidad del momento.
La situación abrió un debate sobre el manejo de la información dentro del reality. Mientras algunos argumentan que los participantes deben ser protegidos de noticias dolorosas para no afectar su desempeño en el juego, otros creen que es injusto que Martina continúe ajena a la realidad. Este tipo de dilemas refuerzan la complejidad del programa y las emociones que despierta en el público.
Los contrastes entre ambos episodios muestran una vez más la imprevisibilidad del reality, donde los participantes pueden pasar de la risa al llanto en cuestión de minutos. Gran Hermano sigue siendo un escenario de emociones intensas, donde cada acción puede generar repercusiones inesperadas en el público y en los propios concursantes.
Sin dudas, esta edición del programa continúa dejando momentos inolvidables que refuerzan su impacto en la cultura televisiva y en la conversación diaria de miles de espectadores.