En la previa de la cumbre del G-7 en Francia, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, elogió al primer ministro británico, Boris Johnson y aseguró que será un gran político en su país. "Creo que va a ser un gran primer ministro y será muy superior", comparó la reciente gestión de Johnson con el de Theresa May.
Si bien en la ideología y en el discurso político ambos mandatarios van por el mismo camino, no coinciden en la metodología de abordaje para solucionar el problema con la Unión Europea. Mientras Estados Unidos propone un Brexit con acuerdo, Johnson, desde el inicio de su campaña proselitista, abogó por salir del bloque de integración europeo sin acuerdo. He ahí una suerte de actitud política disruptiva por parte del premier inglés, a sabiendas de que el Reino Unido mantiene una deuda con la Unión Europea que asciende a 43 mil millones de euros (50 mil millones de dólares).
Trump también manifestó que "tratar con la Unión Europea es muy difícil", pero Estados Unidos y el bloque económico coinciden en la conformación de una estrategia férrea para evitar el nuevo impulso geopolítico de Rusia. El gigante euroasiático tiene como finalidad ampliar la gama y concentrar los recursos naturales para constituirse en un polo importante en suelo europeo.