Un punto de inflexión en Rincón del Río
En el sector de Rincón del Río, cercano al Limay, la obra pluvial entra en su etapa final y abre el camino para la pavimentación del barrio. Se trata de una intervención clave para resolver históricos problemas de escurrimiento del agua y dar previsibilidad a una zona residencial que creció sin la infraestructura necesaria.
Desde el municipio remarcan que el sistema pluvial era una deuda pendiente que impactaba directamente en la circulación y en la seguridad de las viviendas durante los días de lluvia. La finalización de esta etapa permitirá avanzar con el asfalto y ordenar definitivamente el sector.
Islas Malvinas y Villa Ceferino: el asfalto como prioridad
El plan de obras también alcanza a dos de los barrios más poblados de la capital neuquina. En Islas Malvinas se iniciará la pavimentación de 85 cuadras, mientras que en Villa Ceferino se intervendrán otras 45. En ambos casos, se trata de sectores donde el asfalto aparece como una mejora directa en la movilidad, el acceso a servicios y la integración urbana.
La inversión total supera los 3.000 millones de pesos y forma parte de una etapa que se extenderá durante los próximos cuatro meses, con impacto en distintos puntos de la ciudad.
Pluviales, cordón cuneta y carpeta asfáltica
Los trabajos no se limitan al pavimento. En Rincón del Río, el sistema pluvial reemplazó antiguos canales a cielo abierto y se encuentra en las últimas tareas de inspección y cierre. En paralelo, el cordón cuneta ya está prácticamente finalizado y solo restan detalles en algunas esquinas antes de avanzar con la carpeta asfáltica definitiva.
Este esquema integral permite que las obras no sean parches aislados, sino soluciones pensadas para sostenerse en el tiempo.
Un plan que se replica en toda la ciudad
Las intervenciones se enmarcan en un programa más amplio que también incluye obras en Valentina Sur, Confluencia y el Parque Industrial. La lógica es la misma: avanzar por etapas, consolidar infraestructura básica y acompañar el crecimiento urbano con servicios acordes.
El denominador común es la previsibilidad. Con obras financiadas con fondos propios y planificación a mediano plazo, el municipio busca sostener un ritmo constante de mejoras que se traduzcan en calles más seguras, barrios más conectados y mejores condiciones de vida para los vecinos.
Obras que se sienten en el día a día
Más allá de los números y los plazos, el impacto de estas obras se mide en gestos cotidianos: menos barro, mejor circulación, desagües que funcionan y calles que dejan de ser una preocupación cada vez que llueve. Un cambio silencioso, pero concreto, que empieza a notarse barrio por barrio en Neuquén.