Máxima tensión en el Pacífico

China amenaza como nunca antes a Taiwán

La China de Xi Jinping parece haber encontrado en la invasión rusa a Ucrania un estímulo para arremeter contra Taiwán.
miércoles, 4 de enero de 2023 · 11:52

En octubre pasado, el presidente chino Xi Jinping ofreció un discurso ante el Congreso del Partido Comunista de China. Allí declaró que en el siguiente quinquenio luchará por la reunificación pacífica de toda la patria, es decir, de la China continental con Taiwán. Al otro lado del estrecho de Formosa -o estrecho de Taiwán-, solamente un 6,4% de la población taiwanesa está de acuerdo con la reunificación. En la última encuesta realizada por la Universidad Nacional de Chengchi, este segmento de la población abarca tanto a quienes aceptarían la reunificación inmediata como aquellos que lo ven viable en algún momento futuro. De este modo, la vía pacífica no parece estar disponible para Xi en su aspiración de hacerse con el control sobre la isla.

Según el ministro de Asuntos Exteriores de Taiwán, Joseph Wu, la amenaza militar china es actualmente “más grave que nunca”. Las incursiones de aviones militares del Ejército chino en la zona de defensa de la isla se han multiplicado por cinco en tan solo dos años. Esta situación supone el riesgo de un escalada derivada de accidentes o errores de cálculo que podrían producirse a partir de las persistentes incursiones aéreas. No obstante, las autoridades han afirmado que la presión de Beijing excede lo militar, abarcando estrategias de presión económica, ciberataques y esfuerzos diplomáticos para aislar a Taipéi de sus socios.

En 2022, China envió 1.727 aviones a la zona de identificación de defensa aérea de Taiwán. Un año antes, esa cifra había alcanzado las 960 incursiones, y en 2020 se registraron apenas 380 de ellas. Solamente en el fin de semana de Navidad, más de 70 aviones de combate formaron parte de una serie de ejercicios militares chinos alrededor de la isla. La orden de Beijing llegó luego de que el presidente estadounidense, Joe Biden, firmara la Ley de Autorización de Defensa Nacional, que contempla un aumento en la ayuda militar que recibe Taipéi. De hecho, la cláusula específica detalla que Washington podría proporcionar hasta US$10 mil millones durante un período de cinco años.

¿La clave del conflicto?

El conflicto entre China y Taiwán se explica en gran parte por la política exterior ambiciosa y prepotente que adoptó Xi Jinping desde que llegó al poder en 2013. Uno de los temas de mayor preocupación y en el que existe un consenso pleno en el seno del Partido Comunista Chino (PCC) es el rechazo a permitir que la isla declare su independencia. La unificación del territorio es para Xi un objetivo central que permitirá no solo saldar una deuda histórica, sino que funcionará como un "relanzamiento" del proyecto imperial chino.   

Pero en la actual embestida contra la isla se juegan también otros intereses ligados con la actividad de una empresa taiwanesa. Esto explica el involucramiento y la atención permanente de Estados Unidos. La Compañía de fabricación de semiconductores de Taiwán (TSMC, por sus siglas en inglés) domina el mercado de semiconductores a nivel global. De hecho, se ha convertido en una de las empresas más rentables del mundo, superando a Tencent el año pasado como la empresa más valiosa por capitalización de mercado en Asia. TSMC es un gigante al punto que, junto con el resto de la industria de semiconductores, constituye alrededor del 15% del PIB de Taiwán. Además, solo la empresa representa alrededor de un tercio del valor en el mercado de valores de Taiwán.

La posibilidad de capturar esta industria que hoy rivaliza con los chips de fabricación china es uno de los principales incentivos para que Beijing se lance a la invasión. De este modo, cabe pensar que las incursiones militares de China en el espacio aéreo taiwanés y en las aguas circundantes a la isla no son meras provocaciones sino ensayos para una futura invasión. Al mismo tiempo, la cadena de suministro de semiconductores es fundamental para la competitividad de la producción norteamericana y la seguridad nacional de los Estados Unidos, tal como explicita la estrategia de seguridad nacional elaborada por la Administración Biden.

Estados Unidos, en alerta permanente

El actual presidente estadounidense ya adelantó que el apoyo norteamericano hacia Taiwán ante una eventual invasión implicaría, incluso, el envío de tropas. Asimismo, actualmente existe un amplio consenso tanto entre los demócratas como en el caso de los republicanos sobre el carácter crítico de proveer recursos militares y armamento a la isla al punto de desincentivar un avance chino. Washington ya implementó medidas como el bloqueo de exportaciones de chips a China y una prohibición que impide al capital humano formado en Estados Unidos trabajar en compañías chinas que fabrican semiconductores. Ambas buscan evitar el desarrollo de tecnologías innovadoras. En paralelo, TSMC está trasladando su producción a Estados Unidos. Actualmente están construyendo un hub que requirió una inversión de 40 mil millones de dólares para relocalizarse desde la isla hacia Phoenix, Arizona.

En los últimos meses, Biden se ha vuelto crecientemente directo, diciendo que Estados Unidos intervendría si China lanzara un ataque no provocado sobre Taiwán. Esto supone una erosión de la doctrina de ambigüedad estratégica que tradicionalmente caracterizó la política exterior norteamericana, y que refleja el poco frecuente consenso bipartidista que hoy evidencia la clase política. Republicanos y Demócratas coinciden en que China es la amenaza principal, tanto en el plano económico como en el tecnológico, diplomático y militar.

El resultado de este consenso es la reciente cascada de medidas de la administración Biden y el Congreso, destinadas a apoyar a Taiwán, hacer retroceder a China, o ambas cosas. Entre ellas, se destacan la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi; las restricciones para exportar tecnología de semiconductores al gigante asiático; y los últimos anuncios sobre provisión de ayuda militar a Taiwán.

En noviembre de 2022, Biden y Xi se reunieron por primera vez en calidad de presidentes en el marco de la cumbre del G20 en Tailandia. El objetivo del encuentro fue recuperar algún grado de estabilidad en la relación bilateral. A su vez, el Secretario de Estado, Antony Blinken, tiene previsto viajar a China en el primer semestre de 2023 para continuar con las conversaciones iniciadas en Bali.

El panorama en la isla

A finales de 2022, la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, anunció la extensión del servicio militar para todos los hombres nacidos después del 1 de enero de 2005. La mandataria declaró que aunque nadie quiere la guerra, la paz no está garantizada. Es por ello que su Gobierno decidió restaurar el servicio militar de un año a partir de 2024. Se trata de un intento para hacer frente a las intimidaciones y amenazas de China contra Taiwán. “Solo podemos evitar la guerra si nos preparamos para ella”, afirmó Tsai en la última semana del 2022.

Actualmente el servicio militar taiwanés tiene una duración de cuatro meses. Hace algunos años, su impopularidad llevó al gobierno anterior a reducirlo de un año a cuatro meses, buscando instaurar una fuerza militar principalmente voluntaria. Hoy el panorama cambió y las encuestas señalan que más de tres cuartas partes de los taiwaneses lo consideran demasiado corto. En un hipotético conflicto, Taiwán se vería sumamente superada en la medida en que la isla cuenta con 88.000 soldados y las tropas chinas tienen más de un millón de reclutados.

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