Chile enfrenta una jornada electoral decisiva para definir quién sucederá a Gabriel Boric. Por primera vez desde el retorno a la democracia, el voto será obligatorio, lo que suma casi cinco millones de nuevos electores y podría transformar por completo el escenario político.
Aunque son ocho los candidatos en competencia, las encuestas coinciden en que la carrera real se concentra entre cuatro figuras, con una tendencia clara: ningún postulante lograría superar el 50% más uno necesario para evitar el balotaje.
La oficialista Jeannette Jara, exministra de Trabajo y dirigente del Partido Comunista, encabeza todos los sondeos con una propuesta enfocada en derechos sociales y reformas con gradualidad.
En la vereda opuesta, la ultraderecha se perfila como la fuerza con mayores chances de disputar la segunda vuelta. José Antonio Kast, referente del Partido Republicano, busca capitalizar el voto duro con un eje en seguridad, orden y control migratorio.
Pero el crecimiento de Johannes Kaiser, diputado libertario y figura disruptiva, reconfiguró el tablero: disputa voto a voto el mismo electorado que Kast y ya dejó en claro que en un eventual balotaje apoyará a cualquier opción opositora.
A este bloque se suma Evelyn Matthei, representante de la derecha tradicional, que intenta posicionarse como una alternativa moderada entre discursos más radicalizados, aunque por ahora aparece relegada.
El resto de los candidatos —Harold Mayne-Nicholls, Franco Parisi, Eduardo Artés y Marco Enríquez-Ominami— se mantiene con porcentajes menores, sin chances de ingresar al balotaje.
Si los números se confirman, la definición quedará para el 14 de diciembre, donde el voto anti-oficialismo podría jugar un papel clave. Paralelamente, Chile renovará la totalidad de la Cámara de Diputados y 23 bancas del Senado, configurando un Congreso que promete tensiones y negociaciones duras para quien asuma en marzo.