Una de las iniciativas de Javier Milei que fue bien recibida por las principales empresas es el RIGI: el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones. Este régimen ofrece una serie de beneficios y mecanismos de arbitraje internacional con el objetivo de fomentar proyectos estratégicos con un perfil orientado a la exportación.
Las áreas elegibles para participar abarcan la agroindustria, la infraestructura, la industria forestal, la minería, el petróleo y gas, la energía y la tecnología, aunque el Gobierno se reserva el derecho de expandir la lista en el futuro.
Entre los numerosos incentivos, se destacan la reducción del impuesto a las ganancias del 35% al 25%, la suspensión del impuesto a los dividendos distribuidos si se retienen utilidades en los primeros tres años, la eliminación del IVA mediante certificados de crédito fiscal, la deducción de bienes personales a cuenta de ganancias, la exención de cualquier otro impuesto provincial o municipal, arancel del 0% para importaciones, retenciones del 0% a partir del tercer año, libre disponibilidad de divisas, y estabilidad tributaria, aduanera y cambiaria por un período de 30 años.
Sin embargo, la desconfianza debido a la falta de seguridad jurídica en Argentina y la posibilidad de que un futuro Gobierno modifique las reglas de juego, hacen que la característica más apreciada de este programa sea la garantía de arbitraje internacional en caso de cualquier disputa legal.