El gobernador Axel Kicillof vuelve a la carga contra la administración nacional y planea un nuevo reclamo formal por los recortes de fondos y la paralización de obras públicas en territorio bonaerense. Según confirmó el ministro de Gobierno provincial, Carlos Bianco, la gestión bonaerense pedirá una reunión urgente con el flamante ministro del Interior, Diego Santilli, para destrabar los proyectos frenados desde la llegada de Javier Milei al poder.
“Le escribí para pedir una reunión y me contestó con una manito”, relató Bianco con ironía al referirse al breve intercambio de mensajes que mantuvo con el nuevo funcionario nacional. Pese al gesto, el ministro aseguró que insistirá en formalizar el pedido por escrito “para que no se pierda en el éter”.
Entre los puntos que la provincia llevará a la mesa destacan la devolución de fondos recortados —que, según Bianco, superan los $13 billones— y el traspaso de obras nacionales clave, como la Autopista Presidente Perón y el dragado del Canal Magdalena, cuya licitación quedó suspendida tras el cambio de gestión.
“Queremos que nos devuelvan lo que Milei nos robó”, lanzó el funcionario bonaerense, que también exigió la reactivación del dragado del Río Salado, una obra paralizada desde diciembre pasado y considerada estratégica para evitar nuevas inundaciones en el interior provincial.
El Gobernador había advertido meses atrás sobre el impacto del freno en la obra pública y envió un proyecto a la Legislatura bonaerense para declarar la emergencia de las obras nacionales en la provincia, con el objetivo de obtener herramientas legales que permitan rescindir contratos o asumir directamente las construcciones abandonadas por la Nación.
Mientras tanto, Santilli se prepara para asumir formalmente este miércoles y ya tiene agendada una intensa ronda de reuniones con gobernadores de todo el país —entre ellos Alfredo Cornejo, Rogelio Frigerio, Martín Llaryora y Gustavo Sáenz— en busca de respaldo político para las reformas laboral, tributaria y penal que impulsa el Gobierno nacional.
En ese contexto, la tensión entre la Nación y la provincia más grande del país promete escalar nuevamente. Desde La Plata aseguran que no buscan confrontar, pero sí garantizar los recursos y obras que —afirman— fueron interrumpidas “sin justificación” por el Ejecutivo nacional.