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El avance de Karina Milei sobre la Justicia y el territorio bonaerense

Mientras el Presidente acelera reformas, su hermana amplía su influencia en cargos clave y en el rediseño político de la provincia, en una disputa interna que reacomoda el poder libertario.

Por Redacción

Domingo, 23 de noviembre de 2025 a las 09:43
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La secretaria General impulsa un reordenamiento judicial y territorial que tensiona con Santiago Caputo y apunta a blindar el proyecto de reelección de Javier Milei.

La ofensiva política que se despliega desde el corazón del Gobierno tiene en Karina Milei a su arquitecta silenciosa. Mientras el Presidente promete una nueva tanda de reformas y un 2025 de alta intensidad, su hermana avanza sobre un territorio clave: el sistema judicial. En la Casa Rosada se diseña un movimiento profundo que incluye desde la Procuración hasta vacantes en la Justicia Federal y las cortes nacional y bonaerense. El objetivo es claro: asegurar los “garantes” que permitan sostener el programa de cambios y apuntalar una estrategia mayor, la reelección sin balotaje.

La disputa interna agrega tensión. El avance de Karina Milei afecta espacios que hasta ahora respondían al asesor Santiago Caputo, figura influyente en la estructura libertaria. La causa ANDIS, que estalló con derivaciones inesperadas, reavivó la pulseada. La renuncia de Ornella Calvete —cuyo nombramiento apareció en el Boletín Oficial después de dejar el cargo— expuso desprolijidades y dejó en evidencia un clima de desconfianza entre los distintos clanes del oficialismo.

Mientras tanto, el proyecto más ambicioso se desarrolla lejos de Comodoro Py, en la provincia de Buenos Aires. El equipo cercano a Karina Milei trabaja en un rediseño administrativo que incluye la división de La Matanza, el territorio peronista más simbólico del conurbano. La idea es reordenar regiones sanitarias, judiciales y electorales, consideradas por los libertarios como “estructuras hechas para no funcionar”. Aunque hoy no cuentan con los votos legislativos, avanzan en paralelo con la Boleta Única Papel, una batalla que busca allanar el camino para reformas más amplias.

La escena bonaerense es además un escenario de disputa interna. El encuentro en Mar del Plata servirá para reposicionar a Karina Milei y definir quién comandará el bloque libertario en la Legislatura, un rol que mantiene viva la tensión con el sector caputista. Los nombres se multiplican —Romo, Osaba, Retamoso, Bondarenko— y detrás de cada variante se esconde una discusión por poder futuro. La pelea se mezcla con las negociaciones por las cuatro vacantes de la Corte provincial, una definición que se trasladará al próximo año pero que ya marca posiciones.

En paralelo, el peronismo atraviesa su propia crisis. Con la mira puesta en marzo, Cristina Kirchner analiza si disputará el PJ bonaerense, mientras los gobernadores —antes su sostén— se alejan en silencio. Gerardo Zamora encabeza ese desmarque, consciente de que 2025 traerá un escenario financiero asfixiante: la Nación ajustará y las provincias deberán recortar aún más para llegar a fin de mes. En el peronismo del interior ya lo definen como “el juego del calamar”.

Las tensiones políticas conviven con un frente judicial cada vez más caliente. A la causa ANDIS se suma otra investigación que inquieta a empresarios, celebridades y dirigentes deportivos, vinculada a operaciones de lavado y al rol de financistas de alto perfil. En Comodoro Py aseguran que podría escalar y comprometer a figuras “ricas, poderosas y famosas”, un escenario que el Gobierno mira con preocupación por su potencial impacto público.

En ese contexto, Javier Milei mantiene su estrategia sin matices: más velocidad, más reformas y un discurso orientado a ampliar su base política. Señaló que la elección 2023 “fue prácticamente una primera vuelta” y dejó entrever su objetivo: un proyecto que avance rápido, sin retrocesos, y que logre consolidar un horizonte electoral donde la reelección sin balotaje sea una posibilidad real. El desafío será sortear las tensiones internas, ordenar la Justicia y evitar que el ruido judicial se convierta en un boomerang político.

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