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La trampa perfecta: el dilema imposible de Zelenski ante el plan de Trump

Entre la dignidad y la supervivencia, Ucrania enfrenta el escenario más difícil desde el inicio de la invasión rusa. Aceptar o rechazar la propuesta de paz diseñada con Putin puede ser igualmente devastador.

Domingo, 23 de noviembre de 2025 a las 09:44
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El multilateralismo en retirada
Ucrania sigue sufriendo los ataques rusos
Trump y Putin armaron un plan para Ucrania sin Zelenski y sin los líderes europeos
Trump se aleja de Ucrania y de Zelenski
Los líderes europeos buscan una respuesta

"Ucrania puede verse en el riesgo de perder su dignidad o a un aliado clave". Volodimir Zelenski quizás se haya quedado corto a la hora de evaluar los riesgos que significaría para su país tanto rechazar como aceptar el plan de paz que Donald Trump armó con Putin. El escenario imposible que le impuso el presidente estadounidense, si se mantiene como está, tendrá consecuencias devastadoras para Ucrania, para Europa y seguramente para Occidente.

Ucrania y Europa, ante un posible punto de quiebre en su historia

Lo peor no sería solo ver cómo los ucranianos, que hace casi cuatro años resisten la invasión de una potencia nuclear que pretendía conquistar todo el país en 48 horas, deben ceder gran parte de su territorio aceptando la soberanía rusa sobre Crimea y la región del Donbás (provincias de Lugansk y Donetsk). Tampoco que, según el plan, Ucrania quedaría desprotegida y vulnerable a futuros ataques porque deberá reducir su ejército, no podrán apostarse tropas de la OTAN en su territorio y tampoco podrá ingresar a la Alianza Atlántica, mientras que a cambio de todo esto Rusia simplemente debe frenar los combates. Nada más.

Lo más grave de aceptar el plan es que el gran ganador será Putin, algo que Europa siempre trató de evitar, y que se instalará un mensaje desolador: que Occidente no está dispuesto a entrar en una guerra que se desarrollaría en su propio territorio. Si bien para Europa se trata de un escenario posible del que comenzó a concientizarse con la invasión rusa en Ucrania, ningún líder europeo está preparado ni está dispuesto a entrar hoy en una guerra abierta en la que sus países se conviertan en potenciales escenarios de conflicto. Y mucho menos si no tiene el respaldo de Estados Unidos: Trump ya dijo que si no se acepta su plan, se desengancha definitivamente del conflicto. Putin conoce muy bien este trauma europeo y lo está aprovechando.

En las últimas horas, Trump dijo que la propuesta no es definitiva y que está abierto a escuchar sugerencias, quizás para tratar de disimular que el plan que se presentó parece haber sido escrito en el Kremlin. Por todo esto, Ucrania y los países europeos solo pueden salir con una contrapropuesta que parece tan imposible de ser aceptada por Putin como la que está ahora sobre la mesa. ¿Qué de lo que está escrito en el plan podría ser modificado y aceptado por Putin?

Zelenski y sus socios europeos deberán ser lo suficientemente creativos y precisos para armar una oferta que le traslade la responsabilidad de un posible fracaso a Putin. Sobre todo, porque Trump espera de los líderes europeos otra cosa: que lo ayuden a convencer a Zelenski para que acepte. En cuanto Trump divise al responsable del fracaso del plan, le dirigirá su furia. Ya lo hizo en febrero en el Salón Oval, donde humilló a Zelenski por no mostrar disposición para negociar. Después lo hizo con Putin, más suavemente, un par de veces cuando el líder ruso simuló disposición para negociar y luego siguió haciendo lo que quiso.

Ucrania, en las manos de Trump

Trump ya viene retirando apoyo a Ucrania desde que volvió al poder, pero mantuvo activa la colaboración en materia de inteligencia, clave para que Ucrania no haya colapsado. Dar el paso de dejar a Ucrania sin esa valiosa información sería catastrófico y marcaría definitivamente el paso a otro estadio: Europa debería prepararse para hacerse cargo sola de Putin. Es algo que saben van a tener que hacer, pero no ahora: las hipótesis de conflicto abierto las imaginan para dentro de un par de años.

Si su plan fracasa, Trump podría retirar a su país de cualquier responsabilidad en una guerra que, hay que recordarlo, siempre dijo que era un asunto europeo. Luego habrá que ver qué actitud tomaría si, como amenaza Putin, al no llegarse a un acuerdo, Rusia intensifica sus ataques para quedarse con el territorio que está en juego y quizás algo más. Se trataría de un escenario en el que Europa debería involucrarse de lleno y en donde todo el continente se transformaría en un campo de batalla. Los gobiernos occidentales de Europa saben que sus ciudadanos no están preparados para enfrentar una guerra en la puerta de sus casas.

Los ánimos europeos están por el piso porque no creen que puedan cambiar el destino de Ucrania que, en definitiva, es el de ellos mismos. Algunos piensan que este ruinoso acuerdo es lo mejor que pueden aceptar en el contexto actual. Aspiran como mucho a mejorar un poco las garantías de seguridad que Ucrania obtendría para el futuro, para que no les vuelva a pasar lo que les pasó en 2014, con Crimea, y en 2022, con la invasión a gran escala.

La encrucijada y el factor China

Zelenski atraviesa quizás su peor momento. Si acepta, el pueblo ucraniano, como él mismo dijo, perdería la dignidad, y si lo rechaza, sumaría como enemigo a Donald Trump. China debe estar mirando con atención para ver hasta dónde se planta Occidente en todo este asunto. Xi Jinping puede encontrar en todo esto la inspiración que le falta para hacer lo que hace mucho quiere: ganar más influencia en su vecindario y por qué no ir por Taiwán. El fuerte cruce diplomático con Japón de esta semana muestra esa tendencia.

Se trata de un escenario que refleja el mundo en el que vivimos: mientras más se erosiona el multilateralismo (solo basta observar las ausencias en la COP30 y en el G20), gana terreno la ley del más fuerte, justamente lo que las instituciones internacionales vinieron a compensar luego de la tragedia de la Segunda Guerra Mundial.

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