En Estados Unidos, los controles sanitarios en aeropuertos identificaron la presencia de esta variante en pasajeros provenientes de esas zonas. Los casos fueron detectados en personas que llegaron a estados como Nueva York, Virginia, Washington y California.
La NB.1.8.1 fue responsable de casi el 11% de los genomas virales analizados en todo el mundo a mediados de mayo, informó la OMS. En un comunicado, el organismo explicó: “Desde principios de 2025, las tendencias globales de las variantes del SARS-CoV-2 han cambiado ligeramente. La circulación de LP.8.1 ha ido disminuyendo, y los informes de NB.1.8.1, una variante bajo monitoreo (VUM), están aumentando, alcanzando el 10,7% de las secuencias globales notificadas a mediados de mayo”.
Aunque su presencia crece, la OMS la mantiene dentro de la categoría de “variante en seguimiento” y considera que el riesgo para la salud pública sigue siendo bajo a nivel mundial. También se espera que las vacunas actuales continúen brindando protección contra esta cepa.
En Estados Unidos, en paralelo, se generó controversia por una decisión del secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., que dejó de lado la recomendación de vacunar contra el coronavirus a mujeres embarazadas y a niños sin comorbilidades. Especialistas en salud pública expresaron preocupación ante este cambio, en un momento en que surgen nuevas variantes.
La científica Lara Herrero, investigadora en Virología en la Universidad Griffith, señaló en un artículo publicado en The Conversation que “a finales de abril de 2025, la variante NB.1.8.1 representaba aproximadamente el 10,7 % de todas las secuencias presentadas, frente a tan solo el 2,5 % cuatro semanas antes”. A pesar del bajo número absoluto de secuencias, indicó que su tendencia ascendente llevó a una vigilancia más estricta por parte de organismos internacionales.