La jornada financiera dejó señales mixtas y un clima de escaso entusiasmo entre los inversores, pese a la expectativa que había generado la colocación del nuevo Bonar 2029N (AN29) y la publicación del índice de precios de noviembre. El S&P Merval retrocedió 1,1%, los bonos en dólares bajaron en promedio 0,7% y el riesgo país avanzó a 634 puntos, en una lectura prudente del mercado frente al IPC del 2,5% y al desempeño del papel en moneda extranjera.
El movimiento más esperado del día fue la emisión del AN29. El Gobierno logró colocar USD 1.000 millones a una tasa del 9,26%, luego de recibir ofertas por USD 1.400 millones. Si bien el resultado fue considerado positivo por el regreso de la Argentina al financiamiento voluntario, no generó euforia: las tasas quedaron por encima de la meta oficial y el monto adjudicado reflejó, según analistas, un interés moderado.
Nicolás Cappella, analista de IEB, evaluó que el resultado deja “un sabor agridulce”, aunque destacó que el hecho de volver al mercado en dólares tras ocho años es una señal relevante. Agregó que si el Tesoro logra sostener colocaciones y “rolleos” previsibles, la estabilización macroeconómica podrá seguir consolidándose.
En la Bolsa porteña, el Merval cerró en 2.980.581 puntos, mientras que las acciones argentinas que cotizan en Wall Street terminaron con mayoría de bajas, encabezadas por Grupo Galicia y Edenor, ambas con caídas del 2,5%. Los bonos Bonares y Globales también acompañaron la tendencia descendente.
El desempeño local estuvo influido además por la falta de dirección en los mercados estadounidenses, donde el Dow Jones avanzó levemente, pero el Nasdaq retrocedió, afectando la toma de decisiones en activos emergentes.
Otro componente clave del día fue la licitación de deuda en pesos de corto plazo. Tras el cierre del mercado, Finanzas informó que se colocaron $21,27 billones frente a ofertas por $23,37 billones, lo que representó un rollover del 102%. Desde el Palacio de Hacienda destacaron que el resultado se dio en un contexto de alta demanda de dinero por la estacionalidad de fin de año, lo que reforzaría —según remarcaron— la confianza del mercado en la estrategia de estabilización.