La eliminación de aranceles a la importación de celulares que anunció el Gobierno de la Nación, "apunta a fomentar la competencia y facilitar el acceso a la tecnología" y promete una baja de precios de entre el 8% y el 20% en el corto plazo, con una caída aún mayor hacia 2026, cuando los aranceles pasarán a ser del 0%.
El decreto, que se publicará esta semana en el Boletín Oficial, establece una primera etapa en la que los celulares importados pagarán 8% de arancel (en lugar del 16% actual), y una segunda etapa a partir del 15 de enero de 2026 donde se eliminará por completo ese tributo. En paralelo, se reducirán los impuestos internos: del 19% al 9,5% para productos importados y del 9,5% a 0% para los fabricados en Tierra del Fuego. Sin embargo, el efecto en los precios no será inmediato debido a los stocks ya comprados bajo el régimen actual.
Según estimaciones de distribuidores y analistas, los celulares podrían bajar entre un 30% y 40% en los próximos meses. Por ejemplo, un Samsung Galaxy A35 5G que hoy cuesta $740.000 en Argentina podría acercarse a los $443.000, valor similar al que se consigue en Estados Unidos vía importación directa. En el caso del iPhone 15, cuyo precio local ronda los $1.700.000, se espera una disminución gradual hacia los $1.200.000, aunque dependerá de otros factores como el tipo de cambio y los costos logísticos.
Mientras el anuncio fue bien recibido por los importadores, encendió las alarmas en la industria fueguina. La Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (Afarte) reconoció que habrá un beneficio para el consumidor, pero expresó preocupación por la viabilidad del régimen de promoción vigente en Tierra del Fuego, donde se concentra buena parte de la producción nacional de electrónicos y miles de puestos de trabajo. En este contexto, advirtieron que los costos internos, logísticos y fiscales siguen siendo un escollo para competir en igualdad de condiciones.
La medida también podría tener efectos secundarios positivos, como una disminución del contrabando y del robo de celulares, alentados hasta ahora por el alto valor de los dispositivos.
Con equipos más accesibles y mayor oferta formal, el Gobierno espera dinamizar el mercado, acercar la tecnología a más sectores y, al mismo tiempo, contribuir a desacelerar la inflación.
No obstante, el camino hacia esa transformación implicará tensiones entre la apertura del mercado y la protección del empleo local.