Turismo en Neuquén
Aguas calientes en el norte neuquino: un centro termal al pie del volcán Domuyo
En el nacimiento de la cordillera del viento, en el norte de la provincia de Neuquén, Aguas Calientes es un lugar ideal para descansar y cargarse de energía.
La provincia de Neuquén cuenta con una infinidad de lugares dignos de conocer. Uno de ellos es Aguas Calientes, un arroyo termal que brota del volcán Domuyo que, aunque es complicado llegar, vale totalmente la pena.
El Área Natural Protegida Sistema Domuyo se encuentra a 40 kilómetros de Varvarco, en el norte neuquino. Desde ahí se llega por la ruta provincial 43 hasta el pie del volcán en donde se encuentra el arroyo de aguas termales conocido como Aguas Calientes. Este arroyo forma piletones naturales en medio de las montañas que, cuando la temperatura exterior lo permite, pueden ser utilizados para bañarse. Tiene 3 kilómetros desde Aguas Calientes hasta desembocar en el río Varvarco.
El paisaje, tanto en el camino como en el lugar, es único, con increíbles vistas a la famosa cordillera del viento. Y, aunque el camino se pone difícil, la combinación de géiseres, olletas y fumarolas ofrecen un espectáculo particular.
En el lugar se encuentran las cabañas Domuyo administradas por el Instituto de Seguridad Social del Neuquén (ISSN) y abiertas durante la temporada de verano, de enero a marzo aproximadamente. Las cabañas se encuentran en el área termal localizada al oeste del volcán. Son cuatro cabañas con capacidad para seis personas que se reservan a través de Instituto.
Las propiedades de las aguas termales
Todas las aguas termales son famosas por sus propiedades curativas en diferentes tratamientos para la artritis reumatoide, alergias, hepatitis e infecciones de todo tipo. Las aguas termales del Domuyo no son ajenas a estas propiedades.
El volcán Domuyo
El Domuyo es un estratovolcán (volcán cónico de gran altura) de 4707 m.s.n.m. Es la cumbre más alta de la Patagonia, elegida por los amantes del trekking por el gran desafío que implica llegar hasta arriba. El área de turismo de la provincia lo cataloga como un “cerro con actividad volcánica” porque carece de chimenea central. Su nombre es de origen mapuche y significa “que tiembla y rozonga”. Este nombre se debe, probablemente, a su actividad geotermal.
