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Triste adiós a Pupy, la elefanta trasladada desde Buenos Aires al Santuario de Brasil

A seis meses de su llegada a la Reserva brasileña, el pasado viernes 10 se anunció su muerte luego de un colapso gastrointestinal.

Por Redacción

Lunes, 13 de octubre de 2025 a las 18:51
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“Con el corazón más pesado, compartimos la noticia de que Pupy falleció anoche, momentos después de su colapso”.

Con éste breve comunicado, el Santuario de Elefantes, ubicado en el Mato Grosso, anunciaba la muerte de la última elefanta en llegar a Brasil desde la ciudad de Buenos Aires.

Pupy había partido del Ecoparque Porteño el 14 de abril de 2025, luego de haber pasado 30 años en cautiverio.

Durante los días previos el animal había presentado problemas gastrointestinales intermitentes, una afección con antecedentes de cólicos que estaba siendo tratada y que según sus cuidadores, parecía estar mejorando. Sin embargo su estado se agravó repentinamente.

Según el informe del Santuario, Pupy perdió el apetito y excretó varias rocas oscuras, que no pertenecen a la zona y que podrían haberle provocado una obstrucción o complicación intestinal severa. Horas más tarde comenzó a mostrarse débil e inestable sobre sus patas, hasta que finalmente se desplomó.

En ese momento, Kenia, la otra elefanta africana con quien Pupy había entablada un estrecho lazo afectivo, permaneció atenta a lo que le ocurría a su compañera, observándola con evidente preocupación.

Tras el fallecimiento, los cuidadores abrieron la puerta para que pudiera acercarse y pasara la noche junto al cuerpo de su amiga acompañándola hasta el final, un gesto que conmovió profundamente a todo el equipo.

El Santuario subrayó que ésta pérdida representa una de las partes más duras de su labor, que es brindar un retiro digno a elefantes geriátricos o con secuelas irreversibles del cautiverio. “Los efectos del encierro son significativos y a veces insuperables, sin embargo, cada día en libertad vale la pena”.

Cuando el fundador del Santuario, Scott Blaise, conoció a Pupy y a su compañera Kuky en Buenos Aires, quedó impactado por el deterioro físico de ambas, parecían tener el doble de su edad real, los cuerpos mostraban el daño de décadas de confinamiento. Kuky murió poco antes del traslado, lo que reforzó la urgencia de rescatar a Pupy.

El equipo de patología realizará una necropsia para determinar las causas precisas de la muerte, los resultados podrían demorar entre dos y tres meses. Los cuidadores sospechan que la elefanta podría haber sufrido una afección crónica no detectada en los estudios previos.

A pesar del dolor, el Santuario compartió un mensaje de gratitud: “Pupy conoció la libertad, el cielo abierto y el amor incondicional de otro elefante. Aunque su tiempo en el Santuario fue breve, vivió sus últimos meses rodeada de respeto, cariño y naturaleza. Eso es algo que nadie podrá quitarle”.

A la mañana siguiente, Kenia se acercó a Pupy y emitió un potente barrito a modo de despedida.

Desde el Santuario informaron que sus cuidadores permanecerán atentos a su estado emocional los próximos días.

Gracias al magnífico trabajo de éstas Instituciones dedicadas al rescate de animales en cautiverio, ya no quedan elefantes en ningún ex zoo, ni en ningún seudo parque conservacionista de la Argentina.

Quedan si, algunas otras especies, como Toti, el chimpancé de 35 años, que aún espera en Río Negro que finalicen los trámites burocráticos para poder iniciar el necesario y urgente camino a la libertad.

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