Las primeras referencias que se conocen sobre el origen del dulce de leche, se remontan al siglo XIX, aunque todavía no hay una que prevalezca sobre otra. Alunas teorías apuntan a entornos rurales, otras a cocinas aristocráticas y tres países se disputan su autoría: Argentina, Uruguay y México.
En Argentina la historia conocida sostiene que una criada de Juan Manuel de Rosas habría dejado una olla con leche al fuego por descuido y así nació el dulce de leche. Mmm…¿cómo no se le pegó es la pregunta?
Uruguay atribuye su origen a la tradición gaucha y al folclore local.
Mientras que en México existe una preparación similar conocida como “caqueta” elaborada también con leche y azúcar, cuya antigüedad es comparable a las otras versiones latinoamericanas.
Es verdad que en el contexto del siglo XIX en América Latina con la llegada de los colonizadores y un mayor acceso a ingredientes como la leche y el azúcar, toda historia puede ser posible.
Lo que sí es cierto, es que el dulce de leche es un manjar característico de la gastronomía de América Latina y si hay un país que lo adora, es sin dudas Argentina. Las vi a mi madre y a mi abuela hacerlo durante años, nunca imaginé que algún día, yo también podría producirlo en forma casera y disfrutarlo con mis hijos y sus amigos.
Aquí va la receta, fácil y sencilla, sólo requiere que le prestes atención, para que no te pase lo que a la criada de Rosas y se te queme, porque estoy casi segura de que se le quemó.
Ingredientes
1 litro de leche
350 gramos de azúcar
½ cucharadita de bicarbonato de sodio
1 cucharadita de esencia de vainilla
Un secreto, para que el dulce no se pegue, colocar en el fondo de la olla unas 10 o 15 bolitas (canicas) cuando el dulce comience a hervir se moverán y evitaran un mal rato.
Colocar todos los ingredientes en una olla preferentemente de hierro o cobre, no es excluyente. Llevar a fuego medio y remover constantemente para evitar que se pegue o se forman grumos.
Cuando comience a hervir bajar el fuego al mínimo y mantenerlo así para evitar que la mezcla se derrame o se queme.
Continuar removiendo de manera frecuente, sobre todo a medida que la preparación se va espesando y adquiera un color marrón claro. Este proceso suele durar 1 hora y 1 hora y 30 minutos, a veces un poquito más.
Es importante ir colocando sobre un plato limpio y frío pequeñas cantidades y comprobar el punto de la preparación.
Cuando se haya logrado una consistencia espesa, cremosa y un color caramelo, retirar del fuego.
Para comprobar si está en su punto justo, colocar una pequeña cantidad sobre un plato, si al pasar el dedo la huella queda marcada y no se junta, has logrado un dulce de leche casero que hará historia.
Una vez frío colocar en frascos previamente esterilizados y cerrar herméticamente.
Hay que tener en cuenta que la preparación se reduce a medida que se cocina, por lo que si deseas hacer una cantidad que valga la pena, tendrás que pensar en utilizar 2 o 3 litros de leche con las proporciones de azúcar, bicarbonato de sodio y vainilla correspondientes.
Ahora a brillar en la cocina, que en la vida ya lo has logrado.