Casi siete años después de su creación, en 2008, Gas y Petróleo del Neuquén, la petrolera provincial, logró cierta independencia financiera a partir de la explotación de campos convencionales y se prepara este año para acompañar el lanzamiento de tres proyectos piloto en áreas no convencionales en Vaca Muerta, asociada con la alemana Wintershall, la francesa Total y la anglo-holandesa Shell. Las inversiones apuntaladas por todos los socios de GyP ascienden a u$s 2.979,6 millones para el período 2013-2016.
GyP recibió el año pasado la titularidad de siete yacimientos maduros que eran propiedad de YPF, que a cambio recibió dos áreas con acceso a Vaca Muerta, una de las formaciones de roca generadora de hidrocarburos de la cuenca Neuquina. Alberto Saggese, presidente de la petrolera neuquina, explicó que a través de los campos convencionales –que en la práctica son operados por la firma Oilstone– generan una facturación de u$s 100.000 por día. "Estamos facturando $ 30 millones por mes”, señaló el directivo en diálogo con Revista Petroquímica, Petróleo, Gas, Química & Energía.
¿Cuáles son los plazos establecidos para el proyecto piloto con Wintershall?, preguntamos a Saggese.
En marzo se realizó el meeting con todos los proveedores para lanzar el proceso. Es la primera operación para ellos a nivel nacional y contempla la perforación de seis pozos con u$s 150 millones de inversión por todo el piloto. La primera etapa incluye la perforaciones de dos pozos verticales y cuatro horizontales en los próximos dos años. Por el momento, nos abocamos con ellos a este proyecto. Puede que en el futuro sigamos trabajando en conjunto.
¿Qué otro objetivo fuerte tiene la compañía?
En lo que se refiere a los desarrollos convencionales, contamos con un yacimiento llamado Aguada del Chañar, donde en el corto plazo comenzaremos a producir 400.000 metros cúbicos diarios (m³/d) de gas natural y 50 m³/d de líquidos. Esperamos tener para fines de marzo el gasoducto terminado y todo acordado con los contratistas para arrancar, ya que las plantas de tratamiento están listas.
En cuanto al desarrollo de proyectos no convencionales, tenemos dos pilotos declarados en Rincón La Ceniza y La Escalonada, en los que el operador es Total, que movilizarán una inversión de u$s 300 millones. En tanto que en Cruz de Lorena y Sierra Blanca, donde el operador es Shell, la inversión será de u$s 150 millones.
A su vez, en Bajo del Choique aún no tenemos novedades de los próximos pasos de ExxonMobil, pero en febrero recibimos la visita de XTO Energy, su subsidiaria que cuenta con una gran experiencia en Estados Unidos en este tipo de proyectos no convencionales. Para nosotros es una gran noticia que la primera implantación de XTO fuera de Norteamérica sea en la Argentina.
¿La próxima etapa será la llegada de petroleras norteamericanas?
Todas están llamando y muestran interés. Lamentablemente, la cuenca está bastante concesionada y no hay muchas áreas disponibles.
¿Está prevista la licitación de nuevas áreas?
Tenemos entre 30 y 40 áreas en la provincia para licitar, pero son muy maduras. El año pasado licitamos Loma Ancha y Parva Negra, y tuvimos dos ofertas a duras penas, ya que son áreas de alto riesgo.
¿Cómo observa el crecimiento de la perforación de pozos gasíferos en la cuenca?
La Argentina tiene necesidades de reemplazar la importación de alrededor de un 35% del gas que trae del exterior, por lo cual la industria observa que en ese punto existe una ventana de oportunidad. El precio de referencia más alto está cerca de los u$s 17 (que se paga por el GNL que llega a Bahía Blanca). No hay duda de que en el caso del gas existe una demanda, un mercado con precio. En cambio, en el caso del petróleo, la Argentina está semiabastecida y la incidencia del mercado internacional es mayor. En gas, los precios son más bien nacionales o regionales.
¿Con la llegada de un nuevo gobierno se puede esperar un nuevo marco regulatorio?
Por la publicación de una nueva ley no vendrán nuevos inversores a buscarnos. Ante las necesidades de producción de gas y petróleo que tiene el país se podría fomentar un nuevo marco regulatorio. Sin embargo, creo que falta tiempo para eso y lamentablemente no será fácil desandar el camino marcado hasta el momento, en especial en el mercado del gas, donde existen precios diversos para cada tipo de usuario. Lo que generaría confianza entre los inversores sería un cambio en el marco general de la economía argentina, aunque la transición no será inmediata. La energía es un mercado que se maneja con eficiencia y sustitución de precios. Tenemos que llegar al menor precio posible para las sustituciones.
Fuente: Revista Petroquímica