El ADN realizado al cabello hallado en el cadáver del policía Lucas Muñoz, secuestrado y asesinado en Bariloche en agosto del año pasado, dio por tierra con la esperanza de encarrilar la investigación: el pelo analizado coincide genéticamente con Muñoz. La querella cree que la muestra llevada a Buenos Aires pudo haber sido contaminada o directamente cambiada, por lo que pedirá una nueva prueba. Reforzaría la sospecha el hecho de que se estudió un pelo largo y ondulado.
Un resultado preliminar había establecido que se trataba de un cabello masculino. Eso eliminó las sospechas iniciales sobre la pareja de Muñoz. Pero faltaba saber a quién pertenecía.
El resultado del ADN cayó como un balde de agua fría para la querella: coincide genéticamente con Muñoz.
El Policía Lucas Muñoz desapareció el 14 de julio del año pasado, cuando se dirigía a la Comisaría 42 a prestar servicios. Su cadáver fue encontrado en un descampado el 10 de agosto. Tenía un disparo en la nuca y otro en la pierna derecha. El cadáver estaba aseado y afeitado. Llevaba la pistola y la documentación.
La pericia forense determinó que murió entre las 12 del 7 de agosto y las 12 del día siguiente.
Los investigadores –y el sentido común- aseguran que durante los 25 días de desaparecido, estuvo cautivo en algún sitio.
La investigación se llevó puesta a la cúpula policial de Bariloche, como también puso en la mira a varios camaradas de Muñoz.