SU CUERPO JAMÁS FUE ENCONTRADO
A 35 años de la desaparición de Néstor "Lito" Gutiérrez
Fue detenido en un procedimiento clandestino de la Policía. La principal teoría indica que su cuerpo fue tirado al río.
El 26 de diciembre de 1984 a eso de la una y media de la tarde, el automóvil Fiat 125 coupé color celeste con el que Néstor Alfredo “Lito” Gutiérrez había salido por la madrugada tras el brindis navideño, fue encontrado abandonado en Colonia Valentina Sur, camino a Balsa Las Perlas. Tenía los vidrios bajos y le faltaba el pasacasete. Al día siguiente Héctor, radicó la denuncia por la desaparición de su hijo, la primera en la provincia tras el fin de la dictadura cívico-militar. Su cadáver nunca fue encontrado.
La democracia en el país cumplía un año bajo el mandato de Raúl Alfonsín. En Neuquén gobernaba Felipe Sapag y su ministro de Gobierno era Aldo Robiglio quien había nombrado jefe de Policía a Luis Marcelo Jaureguiberry.
Héctor Gutiérrez expuso en la comisaría segunda que “… su hijo Néstor Alfredo salió de su casa a la una de la madrugada aproximadamente, conduciendo una coupé Fiat 125 celeste, patente B 851.422, no habiendo regresado con posterioridad; agrega que se presentó en todas las comisarías de la ciudad y solicitó informes a las del otras localidades, habiendo recibido la información en todas ellas que su hijo no se hallaba detenido en ninguna; habiendo recibido también una respuesta negativa en los establecimientos asistenciales de la zona”.
“Lito” había salido en su coche con dos amigos. Tras una pasada por el balneario municipal, se dirigió por la ruta 22 hacia el Oeste y se detuvo a la altura del barrio Jardín (donde hoy se encuentra el Casino).
Declaró uno de los ocupantes que se trató de una parada para satisfacer necesidades fisiológicas bajo árboles y lejos del auto, cuando llegaron al lugar dos móviles policiales: un Renault 18 y un Falcon, con varios efectivos a bordo. Agregó que vio cómo se abalanzaron contra “Lito” a quien sometieron a una paliza, lo metieron de prepo al patrullero y salieron en dirección a Valentina Sur.
Cuando el caso tomó estado público, Robiglio declaró que “estos hechos (las desapariciones de personas) pasan en todo el país”. Jaureguiberry, en tanto, negó cualquier posibilidad de que policías a su cargo hayan protagonizado semejante operativo en la clandestinidad.
La causa penal quedó en manos del por el por entonces juez de Instrucción Ricardo Mendaña quien indagó a decenas de uniformados y procesó a ocho, mientras que la premisa era la de encontrar a Gutiérrez, con vida o su cadáver.
Los imputados fueron quienes revelaron que Gutiérrez murió por los golpes que recibió durante el operativo de detención clandestino y que su cadáver fue arrojado al río Limay a la altura del ingreso a Balsa Las Perlas. También se dijo que uno de los integrantes del operativo lo ejecutó de un disparo.
La causa llegó a juicio y fueron condenados los policías Rubén Jara (a 13 años de prisión), Félix Varela (11 años), Carlos Quilapi (8 años), Raúl Curimán (7 años de prisión) y Juan Peña, Omar Ramírez, Jorge Nievas y Jorge Cárdenas a 2 años de prisión.
El 28 de julio de 1988, una cámara Criminal integrada por los jueces Arturo González Taboada, Carlos Müller y Federico Gigena Basombrío confirmó la sentencia.
