La Justicia Penal de Cipolletti condenó a la pena de tres años y seis meses de prisión efectiva al conductor de una Dodge RAM, que perpetró un hecho atroz. Según concluyeron los investigadores, pasó un semáforo en rojo, chocó a un motociclista que lamentablemente falleció; y, en lugar de asistirlo o pedir ayuda, hizo marcha atrás para desenganchar la moto y huir.
Al autor de ese desastre, Walter David Mejía (petrolero de 38 años), se le endilgó ahora la comisión del delito de homicidio culposo ocasionado por la conducción imprudente y antirreglamentaria de un automotor. Pero la condena aún no está firme, en virtud de que puede ser apelada.
Fuentes judiciales dijeron que en el contexto de la causa que se abrió por el incidente ocurrido durante la madrugada del 3 de abril de 2015, Mejía ni siquiera se disculpó con los familiares de la víctima, Gabriel Vergara, a quien chocó en Miguel Muñoz y 9 de Julio de esa ciudad. Es más, ofreció una compensación monetaria para lograr la suspensión del juicio a prueba, pero le fue rechazado. Después, presentó un recurso extraordinario que fue denegado por el Superior Tribunal de Justicia (STJ) de la provincia de Río Negro.
Ahora, en su resolución, el juez en lo Penal, Julio Sueldo valoró la declaración de un testigo. El hecho -dijo- “ha quedado demostrado a partir de los dichos de M. (el testigo presencial) quien precisó que nadie bajó, que el conductor de la camioneta, inmediatamente de producido el impacto, realizó maniobras hacia atrás y hacia adelante, hasta que el rodado menor se desenganchó”.
Tras huir del lugar, el tal Mejía fue detenido por personal policial a una distancia considerable del lugar del ilícito. “Antepuso todos sus intereses personales sobre la situación de una persona, lesionada por un impacto de tal intensidad que estallaron los vidrios de una camioneta de gran porte”, dice la sentencia.
El fiscal Martín Pezzetta, quién intervino en el debate, destacó la resolución del tribunal y sostuvo que por las características del hecho “debía aplicarse una pena de prisión efectiva”.