El brutal femicidio del primer preso con COVID-19 en el país

El primer preso del país en contagiarse Coronavirus se llama Julián Arakaki. Está detenido en la Unidad N°2 de la localidad bonaerense de Florencio Varela desde al año 2015. Ese mismo año fue condenado a prisión perpetua tras ser encontrado culpable de “homicidio calificado por el vínculo": Arakaki mató a su propia hija. 

El hombre, que actualmente tiene 49 años, debe someterse a diálisis tres veces por semana, por una afección renal crónica, y según confirmó el Servicio Penitenciario Bonaerense dio positivo de Coronavirus en el test con un doble hisopado: orofaríngeo y nasofaríngeo.

Luego de la confirmación de la noticia, se conocieron detalles aberrantes del crimen cometido por Arakaki. En 2012, a poco de haberse separado, el femicida pasó a buscar a su hija de 8 años por el domicilio de su exmujer. Una vez a solas con la nena, la asfixió hasta matarla, y luego subió su cuerpo a un remis y para enviarla de regreso con su mamá. La pequeña parecía desvanecida cuando la bajó del auto, pero luego el horror golpeó a la mujer con fuerza, cuando después de varios minutos de tratar de reanimarla sin éxito entendió que estaba muerta.

Para los investigadores, el homicidio fue una venganza de hombre contra su expareja. Casi tres años más tarde el Tribunal Penal 4 de San Martín lo condenó a la pena máxima.

El viernes pasado, en una de las salidas habituales del condenado para dializarse, uno de los médicos que lo atendió advirtió que tenía fiebre. El recluso fue sometido a los estudios correspondientes y los resultados lo confirmaron como el primer preso con COVID-19 en la Argentina.