HISTORIAS CRUELES

El abogado, la mujer manoseada y una coima fallida

Pretendieron extorsionar a una clínica. Pedían 4 millones de pesos. Les falló el plan.
sábado, 20 de junio de 2020 · 00:00

Es abogado. Trabaja en una fiscalía especializada en delitos complejos, que depende directamente de la Procuración General de la Nación. Se llama Ismael Augusto Genovese, y está detenido, según se supo este viernes, por pretender coimear a una clínica.

Genovese le pidió, junto a sus cómplices, 4 millones de pesos a la clínica, para cajonear una denuncia por abuso sexual, formulada por una mujer contra un médico que trabaja en la institución sanitaria.

Genovese trabaja como escribiente en la Unidad Fiscal Especializada en Investigación Criminal Compleja (UFECRI), que dirige el fiscal José María Campagnoli. Pero, además, tiene otras labores, tal vez más rentables. Alguna cosa desprolija había hecho antes, porque registraba ya dos sumarios administrativos.

El lunes, una mujer de 25 años, por ahora con identidad protegida por la Justicia, se presentó en la Comisaría de la Mujer, de Morón, para denunciar que había sido “manoseada” por un médico, de nacionalidad boliviana, en la clínica Agüero.

Ella había ido a la clínica por un malestar. El médico ordenó inyectarle un calmante, y que volviera al consultorio. Eso hizo la mujer. Se acostó en la camilla, y a partir de ese momento fue cuando, según su versión, el masaje dio lugar al manoseo.

Esa denuncia fue la que se hizo. Todo hubiera seguido su proceso normal, pero, la abogada de la clínica, denunció a su vez que había recibido un llamado de un hombre. Ese hombre, se identificó como Genovese, “fiscal de la Procuración General”. Y le dijo: “esto, puede arreglarse de manera monetaria”.

Genovese les dijo que si no querían que avance la denuncia por abuso del médico y que no trascendiera públicamente, debían entregarle "cuatro millones de pesos". Para eso, tenían, de máxima, un plazo de 48 horas.

Hecha la denuncia de la mujer, la contra denuncia de la clínica, un fiscal, Walter Leguizamo, pensó: “hay que montar un pago simulado, y ver si concretamente se cumple lo que sospechamos. Lo agarramos con las manos en la masa”.

Así que ordenó una vigilancia y un operativo encubierto en la clínica. Esto fue a las 14 del jueves. Esa hora quedó pactada para la entrega del dinero… los cuatro millones de pesos.

Allí, efectivamente, concurrió el abogado Genovese; más la “manoseada”; el marido, y el padrastro. Todos fueron detenidos in fraganti. Estaba previsto indagatoria para los cuatro. Y, otra vez, una lección grabada a fuego como moraleja: no siempre es sencillo acortar el camino hacia el dinero.

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