La fiscalía de Villa La Angostura no pudo concretar este miércoles la formulación de cargos a Bautista Quintriqueo, porque permanece internado “inconsciente” en el hospital angosturense, por las lesiones que se autoprovocó después de asesinar a Guadalupe Curual en la noche del martes en el centro de la localidad.
Fernando Rubio, fiscal jefe de esa Circunscripción, informó que la pareja de Guadalupe, un policía de apellido Genevens, fue derivado al hospital de Bariloche para ser atendido por las heridas de cuchillo que sufrió al enfrentarse con Quintriqueo.
-¿Es policía y estaba desarmado?, le preguntó este medio al fiscal.
-Sí, porque acababan de llegar del lago, donde habían ido a pasar la jornada, indicó.
Quintriqueo se autolesionó en el momento en que se vio acorralado por una pareja de policías de Zapala que está de vacaciones en la Villa. Tal vez intentó suicidarse, pero sólo se provocó cortes superficiales y no de gravedad. Sin embargo está en el hospital local con fuerte custodia policial. “Hasta el momento permanece inconsciente, y no se descarta un traslado, pero está en el hospital local”, afirmó Rubio.
Mientras, en la fiscalía se avanza con la toma de declaraciones testimoniales y el análisis de las cámaras de seguridad ubicadas en las inmediaciones de la avenida Arrayanes y Nahuel Huapi.
“La teoría del caso que maneja la fiscalía es que Quintriqueo actuó solo, sin cómplices”, destacó Rubio.
Esa misma noche del femicidio un centenar de personas se manifestó por el centro de Villa La Angostura y la protesta se renovó durante la mañana de este miércoles frente a la comisaría 28 y frente al edificio de la fiscalía, donde se produjeron destrozos y se reclamó la renuncia de los fiscales, a medida que se fue corroborando que se trató de un femicidio anunciado.
En efecto, Guadalupe había radicado tres denuncias por violencia de género en el lapso de poco más de un año. Todas en el juzgado Multifueros. En una oportunidad, a Quintriqueo se dictó una restricción de acercamiento, que jamás respetó. Por ello se dispusieron rondines en la casa dela joven, pero a los quince días finalizaron.
Desde hacía unos días Guadalupe –madre de una beba de un año, empleada de una pastelería céntrica y estudiante de la carrera de gastronomía y hotelería en Bariloche- estaba viviendo en la casa de una amiga suya, Lucía Navarro, porque temía que algo le ocurriera.
Cuarenta y ocho horas antes del femicidio, la joven recibió la última amenaza de muerte. El femicida “le contó hasta cómo iba a matarla”, según reveló a la prensa Valeria Navarro, ex concejala de La Angostura y hermana de Lucía.