CAPACITACIÓN TRÁGICA

Enemistado con la cúpula, Mandagaray volvió a la Regional I

El padre del oficial ahogado en Bahía Creek en una capacitación policial, retornó a sus funciones.
martes, 10 de agosto de 2021 · 15:11

Tras poco más de cuatro meses de licencia por la muerte de su hijo durante una capacitación policial del COER, el Comisario General Antonio Mandagaray volvió a la jefatura de la Regional I de Viedma. El padre de Gabriel se presentó como querellante en la causa por el ahogamiento por sumersión que tiene en la mira a importantes jefes policiales de Río Negro y hasta puede dejar al descubierto al propio Jefe de Policía Osvaldo Tillería, por autorizar la realización de la trágica capacitación sin controles y en la que los instructores cometieron una serie de abusos hacia los aspirantes a ingresar al grupo de elite de la fuerza.

Pese a todos los pronósticos que indicaban que Antonio Mandagaray no volvería a la Policía tras la muerte de su hijo. El Comisario General retornó a sus tareas en la Regional I que tiene como jurisdicción todo el Valle Inferior. El hecho no pasa desapercibido en una fuerza que se encuentra cuestionada y los rumores de alejamiento de Tellería son cada vez más fuertes, como los de la renuncia de la Secretaria de Seguridad Minor.

Precisamente estos últimos son los que autorizaron el curso del COER en Bahía Creek que el 15 de abril terminó abruptamente con la muerte de Gabriel Mandagaray. Por el momento la Justicia no fue por ellos, es que en un rápido movimiento de fichas de la cúpula descabezó el área de capacitación de la fuerza a cargo del Comisario General Carlos Víctor Grasso y  el Comisario Inspector Oscar Alberto Szymansky.

Enemistado con sus jefes, el retorno de Mandagaray a su sillón de la Regional I, deja en evidencia la posición de su familia que pretende llegar hasta las últimas consecuencias en la búsqueda por encontrar a los responsables de la muerte de su hijo, que sin dudas se podría haber evitado. La autopsia determinó que el ahogamiento por inmersión se debió al agotamiento físico que presentaba el joven de 25 años, quien junto con sus compañeros debieron caminar unos 40 kilómetros entre dunas durante 15 horas, al llegar al campamento fueron bailados (práctica abusiva utilizada en el Servicio Militar) y luego Gabriel con dos de sus compañeros fueron obligados a meterse al mar con un tronco en sus hombros.

El momento elegido por Mandagaray para su vuelta a la actividad es en medio de una crecida de violencia descontrolada en los barrios, donde las bandas de jóvenes se disputan territorio a los tiros sin importar nada ni nadie. En tanto que en el sector comercial y residencial de la capital rionegrina, los robos y asaltos son cada vez más frecuentes.

Lo cierto es que el Comisario General deberá responder a las directivas emanadas por el Jefe Tellería como por el Sub Jefe Orlando Cañuqueo, uno de los comensales que se habrían reunido en la Escuela de Cadetes a comer un asado, justo después de terminar con la reconstrucción de la muerte de Gabriel, el 27 de julio pasado.

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