Mujer condenada por un crimen: cortó su tobillera y huyó

Pocas horas después de conocerse el fallo de la Corte Suprema de Justicia que confirmó la condena para los cinco imputados en el asesinato de César Wenceslao Manríquez Figueroa, ocurrido en junio de 2019 en la localidad rionegrina de Allen, una de las dos mujeres sentenciadas se cortó la tobillera electrónica y se fugó de su casa.

Se trata de Karen Soledad Espinosa, a quien un tribunal condenó en noviembre de 2021 a 8 años de prisión y dispuso su libertad condicional con un dispositivo electrónico hasta que la pena cobre firmeza.

Este mediodía se realizó una audiencia en los tribuales de General Roca en la que el abogado querellante, Marcelo Hertzriken Velasco se enteró de la fuga de la condenada.

“Se declaró la rebeldía de Espinosa y, además, pedí la detención de Rocío Belén Vivanco” (también sentenciada a 8 años y medio de prisión), dijo el abogado.

“Espinosa cortó su tobillera y escapó; para Rocío Vivanco pedí la detención pero (el juez Gustavo) Quelín dijo que a él no le corresponde solicitarla; entonces pedí a la fiscal que ordene su detención hasta tanto un tribunal de juicio lo disponga”, agregó, en diálogo con mejorinformado.com.

Además de las dos mujeres, Ramón Segundo Ramírez Quezada y Rodrigo Andrés Díaz fueron condenados a prisión perpetua, en tanto que Aníbal Antonio Jeldres, recibió una condena a 23 años de prisión.

El asesinato de Manríquez Figueroa, un hombre de 70 años oriundo de Villa Regina, ocurrió el 28 de junio de 2019 en Allen. De acuerdo con la sentencia que se dictó el 11 de noviembre de 2021, los cinco imputados planificaron el robo a Manríquez Figueroa y definieron los roles que cada uno iba a cumplir.

Las mujeres, quienes ejercían la prostitución, aprovecharon el conocimiento previo que tenían con la víctima y lo citaron en Allen, donde arribó con su automóvil Toyota Corolla blanco y estacionó frente al Corralón Municipal. Allí lo aguardaban Díaz y Ramírez Quesada, quienes lo abordaron y lo mataron a tiros, y a pocos metros los esperaba Jeldres en un vehículo en marcha para garantizar la huida.

El tribunal, respecto de la participación de las mujeres, no las responsabilizó de la muerte de Manriquez Figueroa, sino por la intervención en el robo, en el que aportaron “haber engañado y guiado telefónicamente al hombre para ponerlo a disposición de los autores materiales del asalto y asesinato”.