CRIMEN DE LA ESTUDIANTE DE MEDICINA

Caso Agustina: intentan revertir las fallas del primer día

El Ministerio Público creó una comisión especial con 6 policías y un fiscal para tratar de encauzar la investigación.
miércoles, 7 de septiembre de 2022 · 16:43

El crimen de Agustina Fernández es un tema muy sensible. Se trata de un nuevo asesinato contra una mujer en Cipolletti y el costo político por que quede impune también es muy alto. Entonces, sin ningún dato concreto por la impericia de quienes llegaron en un primer momento al departamento donde la atacaron, el Ministerio Público conformó una comisión especial que investigará todo lo realizado y buscará al menos una prueba que permita orientar una investigación que no tiene absolutamente ningún dato concreto más allá de un identikit dibujado hace más de dos meses.

El fiscal general Fabricio Brogna estuvo la semana pasada en Cipolletti y luego de reunirse con el equipo de trabajo aceptó el ofrecimiento del municipio para ocupar una oficina y allí montar una comisión que se encargará exclusivamente de revisar lo actuado y trabajar en nuevos datos que surjan. 

El trabajo estará coordinado con el fiscal Martín Pezzetta quien se desempeñará de manera exclusiva al caso y tendrá como asistente a seis policías integrantes de la Brigada de Investigaciones de Cipolletti. En los pasillos judiciales responsabilizan a los policías por no preservar la escena al momento de auxiliar a la estudiante de medicina de 19 años, quien estaba inconsciente en el piso tras ser brutalmente atacada. Creyeron que se trataba de un simple robo y así también lo entendió el fiscal de turno quien no se hizo cargo desde el primer minuto de la investigación.

Lo cierto, lo real y lo concreto, es que a poco más de dos meses del crimen de la joven pampeana, no hay ningún dato de quién o quiénes podrían ser los autores del hecho. Es más, los días pasan y hasta el identikit, dibujado por la Policía Federal en base a testimonios que ni la propia familia de la víctima conoce, hoy está en duda.

Existe una gran preocupación por la falta de avances. No sólo por parte de la Justicia sino también desde el espectro político municipal y provincial, que está ante un nuevo caso impune. Una historia que la ciudad conoce muy bien y que pese al paso de los años y la creación de una propia circunscripción judicial, los resultados parecen ser los mismos que a finales de los 90s y comienzos del nuevo siglo.

El fiscal general se reunió con todas las partes el viernes pasado, escuchó a la querella y coincidió en la urgencia de registrar algún avance en la investigación de un femicidio. Y también con el equipo del Ministerio Público y los policías, a quien les ordenó repasar cada paso que se dio y seguir absolutamente todas las hipótesis. Y en este punto tuvo que mediar ya que eran evidentes las diferencias de criterios entre el personal de la fiscalía y los uniformados.

El joven del identikit es la única carta que se conoció de la investigación y se sabe que quien la sostiene con fuerza es el propio fiscal. Pero no hay ningún dato de esa persona con pricings en la cara, unos rulos muy particulares y un tatoo con el número 10 en su ceja izquierda. Se dijo en algún momento que habría un malabarista que paraba en un semáforo de Circunvalación con esas características y que después del crimen desapareció. Pero nadie conoce su nombre y tampoco si su ADN coincide con el material genético encontrado debajo de las uñas de Agustina.

Trascendió que hubo algunos allanamientos en la ciudad con resultados negativos. La búsqueda estaba orientada al hallazgo de los dos celulares que desaparecieron del departamento de la planta baja del complejo de Confluencia al 1300, del barrio Sillón Encantado. Las antenas no detectaron actividad del aparato de la joven ni el del petrolero Pablo Parra, el amigo que la invitó a cenar pero que se fue de su vivienda y la dejó sola durante la tarde del sábado 2 de julio.

Y con respecto al petrolero, su coartada es perfecta en cuanto al relato casi milimétrico de dónde estuvo durante las 19.20 y las 20.20. Hay pruebas de registros de cámaras de seguridad en los que aparece en el horario descripto. Tampoco la comparación genética lo ubica como sospechoso. Sin embargo hay cosas que a los propios policías no le cierran, algunos puntos oscuros que intentan descubrir. La principal sospecha es la actitud adoptada por Parra, quien al ver a la joven tirada en el piso en medio de un charco de sangre, y sin que la casa presentara una desorden propio de un robo, tuvo tiempo para revisar su vivienda, comprobar que le habían robado mil dólares, un bolso con ropa deportiva y los celulares, además de asegurar que el o los atacantes habrían ingresado por el patio y que había una escalera contra el paredón del lado de afuera.

 

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