Estaba preso en la comisaría y se escapó para volver a robar

Fabio Fernando Carrasco tiene 39 años y fue condenado por varios robos. El abogado defensor evitó que vaya a la cárcel y la condena de 7 meses de prisión la debía cumplir en la Comisaría 4°. Pero el 31 de diciembre al mediodía el cuartelero le informó a la encargada de la guardia que el preso ya no estaba. Así, sin forzar ninguna reja ni candado, ni ejercer violencia contra alguno de los uniformados que debían cuidarlo, este delincuente flaquito y de no más de 1.60 metros de altura, desapareció sin que nadie vea nada.

El hecho ocurrió el sábado y recién trascendió hoy pese a la resistencia de los jefes policiales, quienes mantuvieron en secreto la situación. A tal punto, que se envió una comisión a la casa de la madre de Carrasco, a quien le preguntaron si tenía noticias de su hijo. La mujer extrañada, les contestó a los uniformados que la última vez que lo había visto había sido en uno de los pabellones de la Comisaría 4°, en pleno centro de Cipolletti y que eran ellos los que debían informarle a ella qué había pasado con su hijo.

Carrasco es un conocido delincuente cipoleño, que luego de varias entradas por hurto, el 28 de noviembre quedó detenido en la unidad por orden del juez Julio Sueldo, luego de homologar el acuerdo entre partes al que arribó la fiscalía con el abogado defensor en un juicio abreviado. Por el delito de hurto con escalamiento le fijaron una pena de 7 meses de prisión que la debía cumplir en la comisaría de la calle Roca.

De todas maneras, de acuerdo con lo que quedó consignado en el parte diario de uno de los móviles de la unidad, la mujer se mostró voluntariosa y les prometió a los policías que si llegaba a saber algo de su hijo o si llegaba a aparecer por la casa de la calle Formosa con la intención de celebrar la llegada del nuevo año, les iba a avisar de inmediato. Y es más, les pasó el dato de que Fabio sabía "andar en algo" con unas personas de las 300 viviendas. Pero la guardia en ese barrio no tuvo resultados positivos.

Mientras se buscaba al delincuente por toda la ciudad, pero sin que la información trascienda, el Gabinete de Criminalística realizó pericias en la Comisaría 4°. En el sector hay tres calabozos y el detenido se alojaba en el segundo, que da justo frente al baño. También precisaron que al final del pasillo hay una puerta que permanece abierta y da al patio interno, que tiene comunicación con una entrada de vehículos. En el acta dejaron expresamente asentado que Carrasco no violó ninguna cerradura, candado o reja, por lo que se deduce que la seguridad era nula.

Ante la imposibilidad de encontrarlo, el fiscal Turno adjunto Juan Pablo Escalada ordenó la apertura de un legajo por evasión y ordenó al equipo de la división canes que trabaje en el lugar con el fin de seguir algún rastro del prófugo, pero no tuvieron el éxito pretendido.