En las últimas horas, se logró recapturar al prófugo y peligroso criminal Matías Jairo Bugallo de 39 años, quien fue condenado a prisión perpetua hasta el 2039 junto a Cristian Humberto Manzini de 24 años, por el crimen de Eduardo Antonio Irribara de 22 años.
Bugallo se encontraba cumpliendo condena en la U32 de Zapala, pero en el último tiempo la Justicia le había cedido las salidas transitorias. Gracias a este beneficio, el peligroso criminal debía regresar el 15 de octubre a la cárcel, cosa que jamás sucedió.
Desde ese momento, la policía provincial comenzó una investigación y emitieron un alerta para dar con su paradero y finalmente fue recapturado este jueves por la mañana en el barrio Colonia Esperanza de Neuquén Capital.
En dialogo con Mejor Informado, el comisario Arévalo Smith explicó que “Bugallo salió con una salida transitoria, bajo la tutela de su madre, con destino a Neuquén y debía permanecer en el domicilio pero quebrantó el beneficio”.
Gracias a la investigación llevada a cabo por las autoridades policiales, “se pudo arribar a información importante que indicaban los lugares donde estaba Bugallo y los movimientos que realizaba”, sostuvo el Comisario.
Finalmente, gracias a allanamientos realizados en horas tempranas de este jueves en dos domicilios de familiares de Bugallo ubicados en “El Choconcito” de la capital neuquina, el peligroso criminal pudo ser recapturado.
En el momento de su detención, se encontraba solo en la vivienda, estaba durmiendo y no opuso resistencia antes las autoridades policiales. De inmediato, fue traslado a la Comisaria 1ra y luego volverá al penal de la U32 de Zapala donde continuará cumpliendo su condena.
El motivo del crimen de Eduardo Antonio Irribara
El asesinato de Eduardo Antonio Irribara ocurrió el 13 de abril del año 2006 en la toma Pacífica, en inmediaciones del barrio Progreso. La noche anterior Iribarra, Manzini, Bugallo, un joven llamado Pablo Painemil y otros amigos se juntaron en una casilla donde bebieron alcohol, fumaron marihuana e inhalaron pegamento.
El ataque fue tan brutal que a la víctima le fracturaron los huesos del cráneo y sufrió pérdida de masa encefálica. El motivo de crimen fue, que los imputados vieron a Iribarra conversando con los ocupantes de un patrullero. La condena a prisión perpetua es por "homicidio cometido con alevosía", ya que la víctima no tuvo oportunidad de defenderse.
Iribarra fue el primero en retirarse a su casilla, a unos cien metros, donde se acostó a dormir. Los imputados y Painemil, que se convertiría en una de las piezas claves del caso, lo siguieron minutos después.
Para cuando ingresaron, Iribarra ya estaba dormido. Al parecer intentaron despertarlo y no lo lograron. Entonces Bugallo con una pala y Manzini con un martillo lo atacaron a golpes en la cabeza provocándole la muerte.
Después quemaron algunos elementos comprometedores, aunque la declaración de Painemil permitió identificarlos y detenerlos.