La historia judicial del femicidio de Silvia Cabañares sumó hoy un nuevo capítulo. En una audiencia realizada en Cipolletti, una jueza de Garantías resolvió no prorrogar la prisión preventiva del hombre acusado por el crimen ocurrido en Balsa Las Perlas en agosto del año pasado. En criollo: el imputado podría recuperar la libertad en los próximos días, aunque con una tobillera electrónica y la causa todavía abierta.
La decisión se apoyó en un argumento que incomodó al Ministerio Público: después de un año de investigación, no aparecieron pruebas nuevas que sostuvieran la acusación. Tampoco se detectaron riesgos de fuga ni amenazas a testigos. En otras palabras, para la jueza no hay motivos para que el acusado siga preso.
El Ministerio Público Fiscal había pedido exactamente lo contrario. Quería mantener la prisión preventiva hasta febrero de 2026, plazo máximo previsto para cerrar la investigación. Argumentaron que faltaban peritajes sobre ADN, armas, cartuchos y archivos extraídos del celular del imputado. La querella, que representa a la familia de la víctima, acompañó ese planteo.
Del otro lado, la defensa fue tajante: aseguró que el hombre no tenía ninguna relación con la víctima, que las geolocalizaciones no lo ubicaban en el lugar del crimen y que los rastros genéticos no coincidían con su perfil. “No hay una sola prueba directa”, insistieron. También señalaron que los testigos ni lo conocían ni dijeron haber recibido amenazas.
El cuerpo de Silvia Cabañares fue hallado el 26 de agosto de 2023 en una zona descampada de Balsa Las Perlas. Tenía múltiples heridas de arma blanca. La investigación demandó meses de trabajo: pericias, cámaras, teléfonos, y hasta el análisis de más de 120 mil comunicaciones. Pese a todo, la causa no logró dar un giro decisivo.
Por ahora, la libertad del imputado no se concretará hasta que otro tribunal revise la resolución. Si la confirma, el hombre saldrá con un monitoreo electrónico, algo así como una libertad vigilada.