Todo empezó con un chat, un perfil de Instagram que parecía de una chica de 14 años, pero no lo era. Detrás estaba un hombre de 46, que durante semanas acosó a dos adolescentes fingiendo ser una nena de su edad.
El caso salió a la luz gracias a algo que no siempre ocurre: los chicos hablaron, las familias escucharon y la denuncia se hizo rápido. Eso permitió que la justicia actuara y hoy el hombre fue formalmente acusado por grooming.
Según la investigación, el acusado contactó a los chicos por Instagram y WhatsApp. Les pedía que se sacaran fotos desnudos o con contenido sexual. Todo bajo el disfraz de una supuesta amistad adolescente, pero lo que buscaba era otra cosa: vulnerar su intimidad y cometer delitos graves.
La fiscal adjunta explicó que se trata de dos hechos distintos, ambos contra chicos de 14 años. Y que el acusado usó redes sociales para manipularlos. La justicia lo imputó por grooming y por violar la ley que protege a niños y adolescentes. Las pruebas son contundentes, denuncias de las madres, entrevistas a allegados, allanamientos, análisis de celulares, pericias forenses y declaraciones en Cámara Gesell. Todo apunta a que el hombre actuó con premeditación y engaño.
La defensa no se opuso a los cargos ni a las medidas cautelares. El acusado tiene prohibido acercarse o contactar a las víctimas, ya sea en persona o por medios digitales. Tampoco puede cambiar de domicilio ni dejar de presentarse ante la fiscalía. Si incumple, podría ir preso por desobedecer a la justicia. El juez de Garantías dio por formulados los cargos y avaló todas las restricciones.