La vida de Morena Rial volvió a quedar en el centro de la escena en los últimos días, pero esta vez por un motivo tan delicado como personal. Desde que está detenida en el penal de Magdalena, cada movimiento suyo se convierte en noticia y, en medio de la Navidad, comenzaron a circular versiones que hablaban de angustia profunda, llanto y una celebración atravesada por la soledad absoluta. Frente a ese panorama, la hija de Jorgeeligió hacer algo que sorprendió a todos: hablar por ella misma.
Es que, mientras se multiplicaban comentarios sobre cómo habría pasado la Nochebuena, también aparecieron relatos contradictorios sobre su rutina dentro del penal. Entre supuestas descripciones de tristeza extrema y escenas que la mostraban quebrada, el clima empezó a tensarse. Sin embargo, su entorno legal salió a frenar algunas afirmaciones y, al mismo tiempo, Morena Rial tomó la decisión de ponerle palabras propias a lo que estaba viviendo.
Lo hizo a través de un mensaje directo, enviado desde la cárcel y con un tono firme. “La voy a hacer corta: yo, More Rial, comunico que quiero que sepan que donde estoy no tengo comunicación con nadie más que con mis abogados y un pequeño grupo de allegados. Cualquier cosa que se diga en boca de otros o de otras personas es más de lo mismo: inventos”, escribió, buscando zanjar rumores y dejar en claro que no todo lo que se dice afuera refleja su realidad.
En esa misma carta, también se permitió hablar de uno de los temas que más la atraviesan: su hijo. Explicó por qué decidió no recibirlo en estas fechas tan sensibles y cómo intenta protegerlo, aun en medio de su propia tristeza. “Espero solucionar esta situación lo antes posible y mi intención de estar mejor y también explicar por qué no quise que mi hijo me venga a ver, por el motivo que mis abogados me gestionaron videollamadas”, detalló. Y más adelante aclaró: “No es que no quiera que esté mi hijo aquí, simplemente me parece que no es el ámbito en este momento”.
Mientras tanto, desde su defensa también insistieron en que muchas versiones que circularon no se corresponden con lo que realmente ocurrió puertas adentro. Entre desmentidas, cartas y explicaciones, quedó claro que Morena Rial eligió plantarse, incluso en un contexto tan difícil, para recuperar algo de control sobre su propia historia.
Porque, más allá del ruido mediático, detrás hay una joven atravesando una situación límite, intentando sostenerse, explicar lo que puede y marcar un límite frente a lo que siente como exageraciones o inventos. Y, por lo pronto, su mensaje desde la cárcel dejó una certeza: quiere que la escuchen en primera persona.