El Superior Tribunal de Justicia (STJ) de Río Negro dio un golpe de timón en una causa que sacudió a Catriel y al gremio de la construcción. Anuló el fallo que condenó a Sebastián Verón a tres años y medio de prisión. Exigió una revisión “integral, autónoma y exhaustiva” del caso. Para determinar si el acusado actuó en legítima defensa cuando apuñaló a Maximiliano Segura, militante de la UOCRA.
El tribunal superior cuestionó que la instancia revisora se limitara a reproducir pasajes del fallo de primera instancia, sin elaborar un análisis propio. En palabras del STJ, aquello fue una “confirmación formal” que vulneró la garantía del doble conforme, es decir, el derecho de todo condenado a que dos tribunales distintos evalúen sus agravios con fundamentos propios.
La pelea que desató la tragedia
El 24 de septiembre de 2022, Segura, acompañado por su hermano Maicol y su primo Kevin Díaz, ingresó por la fuerza al domicilio de Verón. Según la investigación, se llevaron dos televisores en represalia por un supuesto robo de caños tubbing.
Pero el ataque letal ocurrió en el predio del sindicato, se encontraron y comenzaron a pelear. El acusado reaccionó con una puñalada que terminó con la vida de Segura.
La violencia no terminó allí. Segundos después, Díaz le arrojó un botellazo en la cabeza a Verón, dejándolo inconsciente y con una fractura de cráneo. Ese detalle, que muestra que el acusado también fue víctima de una agresión grave, es uno de los puntos que el STJ pidió analizar con mayor profundidad.
El recorrido judicial
En primera instancia, el tribunal de juicio descartó el homicidio simple y encuadró el hecho como “homicidio en exceso de legítima defensa”. La condena fue de tres años y seis meses de prisión. El Tribunal de Impugnación ratificó esa sentencia, pero sin agregar fundamentos propios.
La defensa de Verón insistió en que se trató de un caso de legítima defensa plena, recordando las amenazas previas y el ingreso violento de tres personas a su casa. Por eso, presentó un recurso extraordinario ante el STJ, que finalmente le dio la razón en un punto central: El tribunal de alzada no analizó con la profundidad necesaria si la reacción de Verón fue proporcional a la agresión que sufría.
Lo que viene
El fallo del STJ obliga ahora al Tribunal de Impugnación a volver sobre el caso, con las mismas pruebas y testimonios, pero desde otra perspectiva: la de la defensa. Deberá evaluar si existían alternativas menos letales, si el contexto justificaba la reacción y si el golpe inmediato que sufrió Verón influyó en su accionar.
En definitiva, lo que está en juego no es solo la condena de un hombre, sino la interpretación de hasta dónde puede llegar alguien que se defiende frente a una agresión múltiple.