El anuncio era previsible, pero aún faltaba la confirmación de la pena que solicitarían la querella particular y la fiscalía. Finalmente, con la contundencia que el caso exigía, ambas partes pidieron la prisión perpetua para Oscar Fernando Efraín Carriqueo Phomphakdy, el hombre que, según el veredicto unánime de un jurado popular, arrebató la vida de Nicole Ailín Posada en un acto de violencia extrema.
Nicole, una joven de 28 años, madre de cinco hijos, vivió años de sufrimiento antes de que su historia terminara de la peor manera. Su cuerpo fue hallado el 17 de febrero de 2024, abandonado en la vereda de su casa en el barrio Tiro Federal de Roca. La autopsia reveló una verdad brutal: traumatismo de cráneo severo, edema cerebral y falla pulmonar. La fiscalía reconstruyó los hechos con precisión, demostrando que Carriqueo la golpeó con un hierro, en el marco de una relación marcada por violencia física, simbólica, económica y psicológica durante más de una década.
El Ministerio Público Fiscal fue categórico: “El pasado 11 de abril, el jurado popular estableció la culpabilidad de Carriqueo. Los delitos que se le imputan conllevan prisión perpetua, una pena indivisible que no admite atenuantes ni agravantes. Se ofreció prueba informativa sobre sus antecedentes, que son nulos”.
La querella respaldó el pedido de la fiscalía, argumentando que la pena es proporcional al crimen cometido. “Nicole merece que se honre su memoria y tenga justicia”, expresó la fiscal jefe en sus alegatos finales.
Por su parte, la defensa penal pública manifestó su desacuerdo con el veredicto y anunció que presentará los recursos necesarios para impugnar la decisión.
El próximo 29 de mayo, a las 12 del mediodía, el juez interviniente dará a conocer la resolución definitiva. Mientras tanto, la sociedad observa con atención, esperando que la justicia haga lo que corresponde: garantizar que el femicidio de Nicole Posada no quede impune.