Una denuncia que destapó un peligro oculto
Lo que comenzó como una denuncia por venta clandestina de pirotecnia terminó revelando un cuadro mucho más grave. En una casa particular del barrio Parque Industrial de Neuquén, la Policía secuestró casi media tonelada de carne en condiciones sanitarias irregulares y una impactante cantidad de pirotecnia ilegal, en un operativo que encendió todas las alertas sobre el riesgo para la salud pública.
La investigación se inició tras un llamado a la línea 103 de Protección Civil. El aviso advertía sobre la venta de pirotecnia prohibida. A partir de esa información, la división Delitos Ambientales avanzó con tareas investigativas que derivaron en un allanamiento ordenado por la Justicia, realizado en la mañana del 18 de diciembre.
Una “despensa” sin controles, dentro de una vivienda
Al ingresar al domicilio, los efectivos constataron que no se trataba solo de pirotecnia. La casa funcionaba como una despensa con carnicería, sin habilitación comercial, sin condiciones mínimas de higiene y sin ningún tipo de control sanitario.
El comisario Marcos Campos, jefe de la División Delitos Ambientales, describió en diálogo con la AM550 lo que encontraron puertas adentro:
“Se observó que el lugar tenía carne en el interior, carne molida, carne sin sello, de la cual no se sabía la procedencia, pollo molido -algo que no está permitido- hecho hamburguesas, había chivos. No cumplían condiciones de salubridad mínima”, detalló el uniformado.
La modalidad de atención también llamó la atención de los investigadores. Según explicó Campos, el lugar “atendía por una ventana”, lo que impidió inspecciones previas y obligó a solicitar una orden de allanamiento para revisar toda la vivienda.
Carne sin origen directo a las mesas navideñas neuquinas
La intervención de CIPPA confirmó el peor escenario. Tras evaluar el estado de los productos y tomar temperatura, se decidió el decomiso total.
“Se resolvió el decomiso de más de 500 kilos de carne”, precisó el comisario.
Entre lo secuestrado había carne picada, pollo molido, hamburguesas, chorizos, milanesas, morcillas, grasa vacuna y chivos enteros. En todos los casos, sin sellos, sin documentación y sin saber de dónde provenían. Un peligro latente para los vecinos.
El volumen del decomiso expuso una situación alarmante: esa carne estaba destinada a la venta y podía terminar en la mesa de cualquier vecino, con el riesgo de provocar intoxicaciones graves, enfermedades o inclusive, la muerte.
Un arsenal de pirotecnia prohibida
Como si el riesgo sanitario no fuera suficiente, dentro del mismo "almacén ilegal" se encontró una enorme cantidad de pirotecnia cuya tenencia y comercialización están prohibidas por la Ley Provincial 3371 y la ordenanza municipal vigente.
Morteros, misiles, bengalas, petardos, fósforos cohete, tortas show, globos aerostáticos lumínicos y cañitas voladoras formaban parte del secuestro. Todo almacenado en una vivienda particular, en un barrio residencial.
La Dirección de Comercio de la Municipalidad labró actas contravencionales por la venta ilegal, mientras que la Fiscalía dispuso notificar al responsable por infracciones vinculadas tanto a la pirotecnia como a los alimentos.
Infracciones, sanciones y una investigación abierta
El hombre identificado, de unos 37 años, fue notificado por múltiples infracciones. Además de la ley que prohíbe la pirotecnia, CIPPA labró un acta específica por los productos cárnicos.
“Es probable que Fiscalía disponga medidas con posteridad”, adelantó Campos, al confirmar que las actuaciones quedaron a disposición de la Justicia y que la investigación continúa.
Además, Campos explicó que el hombre no fue detenido por las tareas investigativas que restan:
"El hombre dio detalles de la procedencia de la pirotecnia y, como tenemos tareas investigativas por delante, resguardamos su identidad", mencionó.
Indignación y temor: lo que pudo pasar
El operativo dejó al descubierto una situación que genera indignación y miedo. Carne sin controles, almacenada de forma precaria, y pirotecnia ilegal en una casa común, en pleno barrio. Todo listo para ser vendido.
El decomiso evitó un daño potencial enorme. El caso reaviva el repudio social y la preocupación por la salud de la población, en un contexto navideño en el que un descuido puede tener consecuencias irreversibles.