“Un fueguito”, que brilló en la noche de Cutral Co y acabó con la vida de Luciano Hernandorena, el pibe de 23 años que el año pasado fue a una fiesta sin pensar que una discusión tonta terminaría provocando un disparo que le perforó el pecho.
“Ese fueguito” -tal como describió durante el juicio por su asesinato uno de sus amigos que vio, en la noche, el resplandor del balazo que acabó matándolo- impidió otro fuego, que prenderían para agasajarlo. Porque al día siguiente de esa reunión le iban a organizar un asado, con esas achuras que lo enloquecían.
“No se perdona. No se olvida. No se tapa” sentenció una vez su mamá, Leticia Gallardo, que añora esas brasas que no fueron, y que servirían para celebrar el ‘cumple’ de su hijo. Pero se lo mataron horas antes, el 1 de septiembre de 2024. "Sigo igual -dijo hoy la mujer-. No hay perdón".
Esas palabras sellaron la audiencia de determinación de la pena de Gabriel Abarzúa, quién fue encontrado culpable del asesinato.
En ese encuentro hubo distintos criterios. El fiscal jefe Gastón Liotard pidió al tribunal una condena de 13 años y 6 meses de prisión, mientras la querella representada por Omar Pérez pidió 15 años y la defensa solicitó el mínimo de 8 años y seis meses.
Finalmente, por decisión unánime, se le impuso a Abarzúa una pena de 12 años y 10 meses por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego.
¿Qué pasó en la fiesta en la que asesinaron a Luciano?
Esa noche previa a la mañana del 1 de septiembre de 2024 hubo una fiesta en una chacra del barrio Colonia 2 de Abril de Cutral Co.
Allí fue Luciano, contento por comenzar a celebrar un cumpleaños que, ni bien arrancara el día, iba a seguir disfrutando a pleno con su familia, porque habían prometido hacerle un enorme asado.
Pero el destino le jugó una mala pasada, y Gabriel Abarzúa (que en ese momento tenía 19 años) reaccionó de manera inesperada ante una discusión que todos los asistentes al festejo consideraron “tonta”.
Con un arma en sus manos, ese intercambio de palabras terminó en un fogonazo que se vio desde lejos, e impactó contra el abdomen de Hernandorena, que murió en el acto.
Tras el crimen Abarzúa fue detenido en Añelo, luego de que los custodios de esa fiesta lo redujeran, pero él lograra huir. Desde entonces cumple prisión preventiva. Ahora, lo espera una larga condena.