Un operativo de la División Antidrogas Cipolletti de la Policía Federal Argentina (PFA) terminó con la detención de un narco conocido en el ambiente, que seguía operando un punto de venta de drogas en pleno centro de Cinco Saltos. La acción se concretó en una propiedad de calle Contralmirante Cordero, un lugar que ya había sido escenario de allanamientos anteriores, y dejó al descubierto cocaína, dinero en efectivo y un arma de fuego sin documentación.
La investigación comenzó a mediados de abril, tras un dato preciso que señalaba que la casa funcionaba como un kiosco de narcomenudeo. Durante casi cuatro meses, los agentes reunieron pruebas, realizaron observaciones discretas y confirmaron que el sospechoso continuaba con la actividad ilegal, a pesar de contar con antecedentes por delitos similares. Y hasta una condena vigente por el mismo delito.
El pasado miércoles, con la orden del Juzgado Federal de General Roca, a cargo de Hugo Greca, se concretó el allanamiento. En la vivienda, los federales encontraron catorce envoltorios de nylon con clorhidrato de cocaína, cuyo valor en el mercado ilegal se estima en 386.750 pesos, y más de dos millones de pesos en efectivo, dinero que la Justicia Federal sospecha proviene de la venta de drogas. También secuestraron una pistola semiautomática calibre 9 milímetros, similar a las que usan las fuerzas de seuridad, sin la documentación requerida y varios elementos utilizados para fraccionar y comercializar estupefacientes.
La propiedad de la calle Contralmirante Cordero, conocida en el ambiente policial por ser escenario de operativos anteriores, vuelve a quedar en el centro de la atención judicial. Los vecinos habían advertido movimientos sospechosos y la presencia constante de personas entrando y saliendo, lo que facilitó la confirmación del punto de venta.
El detenido, un hombre conocido en el ambiente narco que ya había sido condenado años atrás por el mismo delito, quedó nuevamente a disposición de la Justicia Federal, imputado por infracción a la Ley 23.737. Además, el procedimiento dejó al descubierto la organización detrás del narcomenudeo: los agentes detectaron teléfonos celulares y otros objetos utilizados para coordinar la venta de drogas, lo que evidencia que la actividad no se limitaba a la simple tenencia, sino que existía un negocio consolidado y estructurado dentro de la propiedad.