Una amenaza que encendió todas las alarmas
El viernes pasado, la política argentina quedó atravesada por un hecho que generó indignación y debate. Un video que llegó a las autoridades advertía sobre un plan para asesinar a Javier Milei durante su visita a Córdoba. La advertencia hablaba de un ataque directo y concreto.
A pesar del riesgo, el Presidente decidió mantener su agenda y asistir a los actos programados. La decisión generó repercusiones inmediatas y encendió la grieta: mientras algunos lo vieron como un gesto de valentía, otros pusieron en duda la veracidad de la amenaza.
Chaleco antibalas y francotiradores en los techos
La postal del acto en el Parque Sarmiento fue impactante. Milei habló ante el público con un chaleco antibalas visible debajo de su saco, mientras francotiradores de fuerzas especiales se ubicaban en distintos puntos estratégicos, incluso en lo alto de la “vuelta al mundo” del lugar.
El despliegue de seguridad fue enorme: agentes encubiertos, controles reforzados y un operativo que paralizó la zona. Las imágenes del Presidente blindado recorrieron el país y se convirtieron en el epicentro del debate.
La grieta estalla en redes y en la calle
Lo ocurrido no tardó en polarizar a la sociedad. Para un sector, lo sucedido es una clara muestra del peligro que enfrenta Milei y la necesidad de extremar los cuidados. Pero para otros, la escena de los francotiradores y el chaleco fue puro show político pensado para captar atención y victimizarse.
La discusión se volvió tendencia en redes sociales, donde los cruces entre oficialismo y oposición estallaron en insultos y acusaciones. Una vez más, la grieta absorbió un hecho que debería preocupar a todos, y lo transformó en un nuevo campo de batalla.
Una investigación que recién empieza
La Justicia ya tomó cartas en el asunto y la División Antiterrorismo de la Policía Federal trabaja en conjunto con agencias extranjeras para rastrear el origen del video. Lo único confirmado hasta ahora es que la amenaza no provino de Argentina.
Mientras tanto, la pregunta flota en el aire: ¿estamos frente a un intento de atentado real contra un presidente en funciones o ante una puesta en escena que alimenta la división política? La respuesta, como todo en este país, divide a la Argentina en dos.